La pasarela lanza un cabo a la industria textil
La moda es la sustancia del sector textil y es uno de los medios que utilizará la industria para ser más competitiva', asegura Juan Canals, presidente del Consejo Intertextil Español. Aunque Canals prefiere hablar de 'contracción del consumo' y de 'situación difícil' antes que de crisis, lo cierto es que 2002 ha sido el peor año desde 1998 con una importante caída de la producción, el empleo y las inversiones. Las exportaciones han aumentado, pero también lo han hecho, y en mayor medida, las importaciones, de modo que la balanza comercial ha pasado de un déficit de 1.559 millones de euros en 1998 a los 2.350 millones de números rojos que se registraron el año pasado.
Y es que la competencia de los mercados exteriores es cada vez más fuerte debido a los bajos precios que ofrecen los países asiáticos y del norte de África. Para afrontar esa 'complicada situación', la industria cuenta con un importante aliado: la pasarela. 'Es la punta de lanza, la vanguardia, el escaparate del sector', señala Canals. En este sentido, las ferias de moda que durante este mes se organizan en Barcelona y Madrid son una 'magnífica herramienta de marketing' que sirven de gancho para incentivar el consumo, una de las causas que se esgrimen para explicar la crisis sectorial.
Reclamos como el desfile de la cantante Paulina Rubio en la pasarela Gaudí, que se celebra esta semana en la Fira de Barcelona, o la propuesta de modelos atrevidos que captan la atención de las cámaras de televisión animan la necesidad de compra en el consumidor. Diseñadores como Toni Miró, David Valls, Armand Basi, Victorio & Lucchino o Josep Font, entre otros, se han dado cita en esta fiesta de la costura.
Tras cuatro días de descanso (los que median entre el fin de la Barcelona Fashion Week y el comienzo de la Semana Internacional de la Moda en Madrid), el diseño de altos vuelos volverá a ser objeto de deseo. A partir del 14 de febrero, Ifema ostentará su título de segunda feria del mundo en confección con 875 empresas y 1.332 marcas. Además, entre el 17 y el 20, la pasarela Cibeles estimulará de nuevo el ánimo de compra en el consumidor.
En todo caso, esto sólo es el gancho inicial porque, para luchar contra la contracción de la demanda, es necesaria una buena dosis de innovación, asegura Joaquín Trigo, director del Consejo Intertextil. 'La industria está aportando mucho valor añadido con cambios de fondo en fibras y tejidos. Por ejemplo, hay telas con partículas fungicidas o con mejores prestaciones de lavado; todo ello contribuye a que el sector sea más competitivo', asegura Trigo.
En esta misma línea se pronuncia Eric Ruiz-Vernacci, presidente de TextilModa, la feria dedicada a la producción de tejidos que Ifema organiza del 17 al 19 de febrero. Para Ruiz-Vernacci, que califica de 'magnífica crisis', la situación que vive este segmento de mercado, una de las causas es el cambio que se ha producido en la distribución. La multiplicación de las tiendas monomarca integradas en grandes cadenas, que bien cuentan con producción propia o fabrican en terceros países (Inditex y Mango, por ejemplo), ha puesto contra las cuerdas a buena parte de las empresas confeccionistas que antes planificaban con un año de antelación sus colecciones.
Ahora los procesos son más rápidos, de modo que en un mes un modelo puede pasar de la mesa de diseño a la tienda. Aquellas empresas que no están pudiendo adaptarse a este ritmo y que tenían en las tiendas multimarca sus principales clientes son las que más están sintiendo el impacto de la competencia. La solución está, según Ruiz-Vernacci, en acortar también el tiempo de permanencia en el mercado de los propios modelos, es decir, en estimular el consumo.