SOS de la industria espacial española
Proespacio, asociación que reúne a las principales empresas del sector, pide al Gobierno un mayor esfuerzo inversor. En 2002, el Estado dedicó 150 millones a proyectos espaciales
Cuando aún no se conocen las causas de la desintegración del transbordador Columbia, ni sus consecuencias para el sector, el ministro de Ciencia y Tecnología, Josep Piqué, apunta hacia el futuro: 'La apuesta por el espacio es estratégica y no debe cundir el desánimo', ha señalado. Sin embargo, al margen de la última tragedia y de la reciente explosión del cohete europeo Ariane 5, la palabra que define el estado de ánimo de la industria espacial española es preocupación. Pesimismo ante la ayuda que dispensará el Gobierno a las empresas enmarcadas en ese sector a lo largo de 2003. Desconfianza sobre la capacidad de la Agencia Espacial Europea (ESA) para reaccionar ante los acontecimientos y competir con el pujante negocio estadounidense de los satélites. Y malos augurios, incluso la posible desaparición o reconversión de empresas, si no se toman medidas. La actividad espacial no mueve miles de millones en España, pero constituye un segmento que goza de respaldo en países como Alemania, Francia, Bélgica e Italia.
Durante 2002 la Administración estadounidense destinó a esta área 31.800 millones -un 5% más que en 2001-, que repartió prácticamente a partes iguales entre proyectos civiles y militares. Esta cifra supone un esfuerzo de 110 euros por habitante y año. Por su parte, el conjunto de las inversiones europeas alcanzó los 6.000 millones el año pasado, con un claro protagonismo (90%) de los programas civiles y una aportación media de los países inferior a los 15 euros por habitante y año. 'Siempre ha existido diferencia, pero ésta se amplía cada ejercicio. Por eso, el debate debe centrarse en el papel, de protagonismo o dependencia, que Europa pretende jugar', dice Juan Nebrera, presidente de Proespacio.
æpermil;sta es la asociación que representa a las principales empresas de este país cuyos negocios dependen de lo que pasa fuera de la Tierra: Hispasat, Alcatel, EADS, GMV, Indra, Sener, Astrium, Iberespacio, GTD, Inasmet, Insa, Rymsa, Mier y Tecnológica Componentes Electrónicos. Su opinión sobre el papel que juega la Administración central es altamente crítica. 'Falta sensibilidad y atención a un sector puntero representado por compañías muy preparadas. Con un esfuerzo muy pequeño del Gobierno podríamos colocarnos a la cabeza de Europa junto a países como Italia, Reino Unido, Bélgica y detrás de Francia y Alemania', explica Juan Nebrera.
La Administración estadounidense destinó al espacio 110 euros por habitante y año en 2002; Europa, una media de 15 euros, y España, 4 euros
'Con un esfuerzo muy pequeño del Gobierno podríamos colocarnos a la cabeza de Europa'
Las ayudas públicas españolas a programas espaciales ascendieron a 150 millones en 2002. Esto supone el 2,5% del total europeo y algo menos de cuatro euros al año por habitante. 'En un campo tan tutelado e institucionalizado como es el espacial, no contar con el apoyo decidido del Gobierno es un lastre pesado. Incluso la Comisión Europea en su Libro Verde sobre el Espacio muestra inquietud', defiende Proespacio.
A los oídos sordos que, desde distintos ministerios, atienden la demanda de mayores inversiones se une la situación crítica del negocio. Y es que si en 2001 el mercado mundial contrató 22 satélites de comunicaciones geoestacionarios, en 2002 sólo fueron cuatro. Según los expertos, esta situación arrastrará a la industria en los próximos dos años.
'Instamos a la Administración a que nos ayude interviniendo en programas útiles que podemos desarrollar aquí', demanda Proespacio. Así, la asociación apunta hacia tres decisiones para hacer llevadera la crisis: alcanzar la media europea de inversión, diseñar un programa nacional que sea desarrollado por una agencia de nuevo cuño y perseguir la rentabilidad social de la investigación.
En los tiempos en que Estados Unidos y la Unión Soviética se disputaban la hegemonía sobre el planeta, uno de los indicadores de poder fue el desarrollo de la industria espacial. Hoy el número de competidores se ha ampliado, de igual modo que crece el dominio estadounidense y han cambiado los objetivos: pisar otro planeta no aporta el beneficio que ofrecen los satélites en los campos de las telecomunicaciones, defensa o transportes.
Así, Proespacio defiende su sector como un banco de pruebas para la investigación científica y tecnológica en distintas actividades. 'Hay que tener en cuenta que el núcleo del negocio genera movimientos económicos modestos, pero alrededor se mueven miles de millones en los mundos de la comunicación, meteorología, logística, navegación aérea y otros muchos', recuerda el director general de Astrium-Crisa, Víctor Rodrigo. En el mismo sentido se manifiesta María de la Malla, adjunta al director general de Indra Espacio. Ella asegura que el avance en el espacio 'garantiza grandes beneficios a la sociedad y cierto grado de independencia respecto a Estados Unidos'. Nebrera, De la Malla y Rodrigo echan de menos la existencia de un órgano o agencia nacional que 'aglutine los presupuestos, impulse proyectos, pero que no esté politizado y sea capaz de representar a la industria española en todo el mundo'.
En 2001, el mercado espacial español generó 327 millones de euros, frente a los 316 millones de 2000; la inversión en I+D alcanzó el 15% de las ventas y el sector empleó a 2.028 profesionales. Las 14 compañías más importantes declararon unas ventas de 136 millones en España, donde ha crecido la demanda. 179 millones correspondieron a los pedidos que llegan del resto de la UE y los últimos 12 millones se deben a sus actuaciones en el resto del mundo.
La actividad de cada una de ellas va desde el diseño a la fabricación de lanzadores, pasando por la creación de software de control orbital, antenas, estaciones terrenas de seguimiento e incluso la explotación comercial de satélites. Son competitivas a nivel internacional y participan en programas como Cluster, Cryosat, Envisat, ERS, Herschel, Hubble, Huygens, Mars Express, Meteosat Segunda Generación, MetOp, Planck, Rosetta, Smart-1 o XMM-Newton.
Quién es quién
Hispasat es el único operador de telecomunicaciones por satélite del país. Gestiona las posiciones orbitales 30º oeste sobre el Atlántico y la brasileña 61º oeste. Opera cuatro satélites de comunicaciones, que prestan servicio al despliegue de plataformas de televisión digital y facilitan el acceso a Internet de banda ancha. Hispasat atiende tanto al campo civil como al Ministerio de Defensa español.
Alcatel Espacio desarrolla y fabrica equipos de telecomunicaciones -transmisores, amplificadores de potencia, electrónica del mecanismo de apuntamiento de antenas, etcétera- para satélites y vehículos espaciales. A día de hoy ha equipado más de 50 satélites y ha puesto su firma en decenas de programas. Facturó 26 millones en 2001, el 63% proveniente de sus exportaciones.
Crisa es la española subsidiaria de Astrium, fundada en 1985 y con sede en Tres Cantos (Madrid). Ha trabajado en más de 200 encargos enmarcados en defensa y servicios audiovisuales. Está presente en los segmentos de electrónica de vuelo, equipos y bancos de pruebas, tanto en tierra como en ingeniería de software. Sus ventas alcanzaron los 21 millones en 2001, teniendo en la europea ESA el 56% de su mercado.
Más veterana es EADS-CASA Espacio, con 35 años dedicada a la producción e integración de elementos dirigidos al control térmico y de potencia en lanzadores, satélites y para la Estación Espacial Internacional. También trabaja con reflectores y antenas, electrónica, software y comunicaciones. EADS-Casa es uno de los principales integrantes del proyecto Arianespace y está en la práctica totalidad de los programas de la ESA. En cuanto al ámbito institucional, está considerada como una de las más importantes compañías del mundo. De hecho, ha inscrito su nombre en importantes actuaciones en Estados Unidos, como la de la constelación de satélites ICO y el lanzador Atlas V o en el lanzador ruso Soyuz-Starsem. También figura como el mayor contratista en el programa del minisatélite español, Minisat.
Dedicada al control y proceso de datos en misiones espaciales, servicios de ingeniería y sistemas de navegación por satélite, la española GMV mantiene un equipo de 300 personas. El 80% de su facturación se debe a la participación en programas internacionales. Y su aportación ha sido requerida por la ESA, Eumetsat (Explotación de Satélites Meteorológicos Operacionales) o por los operadores de satélites New Sky Satellites y Eutelsat.
Por su parte, GTD, centrada en aplicaciones militares, diseño y soluciones para la facilitar los lanzamientos, comenzó su andadura con el diseño del centro de lanzamiento para el Ariane 5 en 1989. Desde entonces, ha mantenido relación con la mayor parte de los Gobiernos europeos, así como con las organizaciones y constructores de satélites.
Iberespacio, participada por la francesa Snecma Moteurs (empresa pública especializada en la propulsión) y un grupo de compañías de ingeniería del sector energético, ha dedicado sus esfuerzos a prestar servicios de ingeniería y a la gestión de suministros para los sectores aeronáutico y espacial.
Indra Espacio, subsidiaria de Indra (51%) y Alcatel Space Industries (49%), está presente desde hace dos décadas en disciplinas como la ingeniería, diseño, desarrollo e integración de sistemas en tierra. Aplica sus conocimientos a las comunicaciones por satélite, control de vehículos espaciales, observación del medio ambiente y navegación por satélite. Su último reto surge de la adjudicación del segmento de tierra de control del satélite Amazonas, que Brasil ha encargado a Hispasat para 2005.
Ingeniería y Servicios Aeroespaciales (INSA) pertenece al Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial. Nace en 1992 y parte de la experiencia del INTA en comunicaciones espaciales. Actualmente mantiene estaciones de tierra y realiza el seguimiento de vehículos espaciales. Participa con la NASA en el Complejo de Comunicaciones Espaciales de Robledo de Chavela, la estación de Villafranca del Castillo (ESA) y el Centro Espacial de Maspalomas (INTA).
Con 50 años de bagaje, Mier Comunicaciones (Barcelona) mantiene una sección de Espacio enfocada a la fabricación de equipos de microondas. Parte del negocio de Rymsa también depende de su división de Espacio y Defensa, enfocadas a la creación de antenas y elementos pasivos de radiofrecuencia. Sener Ingeniería y Sistemas está volcada en los servicios de ingeniería electrónica, navegación aérea, sistemas de navegación, etcétera. Además, Sener aparece en el accionariado de otras empresas como Boreas (60%), GSS (14,3%), Arianespace (0,57%) o ITP (26,5%). Por último, la española Tecnológica aporta sus componentes electrónicos y la experiencia en ensayos y auditorías de calidad.
Todas forman parte de un frente común y consensúan una exigencia: la creación de la agencia espacial española y la colaboración del Gobierno, especialmente en la financiación de la inevitable I+D.
Aportaciones escasas de la Administración
España contribuyó en 2001 con 91,9 millones de euros en programas de la Agencia Espacial Europea, lo que supone un 4,5% de su presupuesto. Fuentes del sector aseguran que el propio ministro de Ciencia y Tecnología, Josep Piqué, se mostró asombrado cuando supo que esa participación se ha ido mermando desde que el PP formara su primer Gobierno. Enfrente, países como Francia o Bélgica superan los 500 millones de euros en aportación.En España, a falta de una agencia espacial nacional que vele por la salud de la industria y por que sus proyectos repercutan en España, está el Programa Nacional de Espacio. Depende del Ministerio de Ciencia y Tecnología y persigue la creación de grupos científicos nacionales y su integración en consorcios multinacionales. Además, fomenta la cooperación entre empresas, pero goza de escasa dotación presupuestaria. Su última intención es obtener productos y tecnologías innovadoras y la armonización con los programas de la ESA. Las ayudas incluidas en dicho programa están convocadas y permanecerán abiertas hasta el año 2006.
El sistema Galileo impulsará el negocio
Ante las críticas lanzadas contra el Gobierno, éste se defiende citando que fue durante la presidencia española de la UE cuando se dio luz verde al sistema de radionavegación Galileo. Esta importante iniciativa que promueven de forma conjunta la Comisión Europea y la Agencia Espacial Europea (ESA) se basa en una constelación de 30 satélites. 'Su desarrollo supone una oportunidad de negocio para la industria electrónica, aerospacial y de las telecomunicaciones', expresan fuentes del Ministerio de Ciencia y Tecnología.Gracias a Galileo, Europa podrá dejar de depender del sistema estadounidense de posicionamiento GPS. La red de satélites debería estar operativa en 2008 y desde España se ha creado un consorcio de empresas, Galileo Sistemas y Servicios (GSS), que participa activamente en su impulso. Las siete compañías que forman GSS son Indra, Aena, GMV, Hispasat, Sener, Alcatel Espacio y EADS-Casa.