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Informe

Más de la mitad de las estafas que sufren las empresas son cometidas por directivos

El 55% de las estafas empresariales son cometidas por los propios directivos, según un estudio realizado por la consultora Ernst & Young. De éstos, un 85% lleva menos de un año en su puesto. El 30% de los fraudes son atribuibles a otros empleados de la plantilla y sólo un 15% corresponden a proveedores, clientes y criminales profesionales.

Casi la mitad de las empresas en todo el mundo reconocen haber sido víctima de un nivel 'significativo' de fraude en el último año. Y al menos una de cada cinco de estas compañías ha denunciado más de 10 casos en el mismo periodo.

Por lo general, las estafas representan una cantidad relativamente pequeña -menos de 100.000 euros-, pero un 13% de estos casos suponen pérdidas por más de un millón de euros. Una suma lo suficientemente alta como para suponer un impacto en la rentabilidad o hasta en la solvencia de algunas empresas. Se calcula que en muchos casos la estafa puede llegar a representar hasta un 6% de los ingresos del año. Pero no hay mal que por bien no venga. En los últimos años se ha registrado una tendencia al alza en la compensación a las empresas por el dinero que ha desaparecido a causa de una estafa. En concreto, desde el 29% recuperado en 2000 hasta un 51% el pasado año.

Y aunque los resultados son muy parecidos en los diferentes países, José Luis Solís, socio de Ernst & Young, asegura que España tiene algunas particularidades. 'Una gran parte del fraude nace en España por falta de control y por la excesiva confianza que los empresarios ponen en los directivos que gestionan las compañías', explica Solís. El socio de la consultora explica, además, que las empresas españolas adolecen de falta de experiencia en esta materia.

De todos modos, muchas empresas prefieren ocultar que han sufrido algún tipo de estafa. José Luis Solís indica que muchos de los fraudes no llegan a conocerse y se resuelven a través de mecanismos extrajudiciales, 'hay un gran número de empresas que creen que una denuncia pública del fraude puede dañar su imagen', explica.

El tipo de estafa que más preocupa a las empresas, tanto en España como fuera, es, según el 63% de los encuestados, el desfalco o el robo directo de dinero. El delito informático ocupa un segundo lugar en preocupación, seguido por la corrupción, la criminalidad organizada y la falsificación de las cuentas financieras.

José Luis Solís explica que la utilización de activos de las compañías o el uso inapropiado de teléfonos móviles u ordenadores son los fraudes más extendidos en nuestro país.

Por su parte, John Smart, socio de Ernst & Young, asegura que las claves de la subida del volumen del fraude se encuentran en la contratación de personal temporal, un mayor acceso a los datos de la empresa gracias a Internet, la creciente complejidad del mundo empresarial y un equipo inadecuado de auditoría interna, junto con unos sistemas de control desfasados. Ken Farrow, jefe de la unidad de fraude de la policía de Londres, criticó hace poco las empresas que se limitan a despedir al empleado que ha cometido un fraude informático. 'Muchas empresas no quieren llevar al culpable ante la justicia para que el público no se entere de que han sido víctimas de un fraude. Quieren evitar un escándalo que pueda dañar su imagen'.

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