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Ventajas de negociar de otra manera con el FMI

El reciente entendimiento con el FMI no es uno más de la larga serie de acuerdos entre Argentina y el organismo de Bretton Woods. Registra una diferencia importante: el cambio de la actitud negociadora argentina.

En el pasado, los negociadores argentinos partían del supuesto de que sin el apoyo del FMI se cortaba el acceso al crédito internacional y se entraba en cesación de pagos. Semejantes calamidades incluían no sólo la esfera financiera, sino, al mismo tiempo, el embargo de los activos argentinos en el exterior, el cierre de los mercados de exportación y la interrupción de las importaciones esenciales. Vale decir: el caos interno y el ostracismo internacional. A partir de estos supuestos, no había negociación, sino adhesión a los criterios del Fondo y discusión apenas sobre los detalles. Se aceptaba que el FMI ejercía una racionalidad superior (...).

En el caso que nos ocupa, la posición negociadora argentina fue radicalmente distinta (...).

La posibilidad de decidir el propio destino en el mundo global no está perdida para siempre. La experiencia de los últimos meses de las negociaciones con el FMI debería analizarse en el contexto más amplio de la construcción de una estrategia argentina de desarrollo sustentable e inserción en el orden mundial.

Desde luego, el staff del Fondo, acostumbrado a negociar con una Argentina subordinada y complaciente, está disgustado con este epílogo transitorio. Pero mucho más lo están dentro del país, según puede observarse, quienes piensan que Argentina sólo puede aspirar a una posición subordinada dentro de la globalización.

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