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Exteriores

Madrid y Rabat intercambian de nuevo sus embajadores tras 15 meses de crisis

El anuncio del regreso del embajador Baraka a Madrid lo transmitió la agencia oficial marroquí nada más finalizar la entrevista que mantuvieron ayer al mediodía el rey Mohamed VI y Ana Palacio en el palacio de Agadir. En el comunicado se asegura que la decisión 'concreta la voluntad del rey de obrar por la normalización de las relaciones de amistad y cooperación entre los dos pueblos y los dos países vecinos y de profundizar el diálogo franco entre los dos Gobiernos en todos los ámbitos'.

Las relaciones bilaterales sufrieron un serio quebranto el 27 de octubre de 2001 tras la retirada del embajador marroquí de Madrid, para la que no hubo justificación oficial. De hecho, las causas de esta decisión nunca fueron explicadas a fondo. Las relaciones se enturbiaron más aún tras la ocupación en julio del año pasado del islote Perejil por parte de un grupo de soldados marroquíes que fueron finalmente detenidos por tropas españolas. Este episodio originó la retirada del embajador Fernando Arias Salgado de la legación de Rabat. Su regreso a la capital marroquí está ya decidido, aunque se desconoce cuánto tiempo permanecerá en este destino.

En un evidente pase de página diplomático, Ana Palacio transmitió ayer a Mohamed VI los saludos de Juan Carlos I y del presidente José María Aznar. También agradeció al monarca el gesto de permitir a 64 pesqueros españoles afectados por el vertido del Prestige faenar en los caladeros marroquíes durante tres meses prorrogables.

A la audiencia real asistieron por parte española el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Ramón Gil-Casares; el director general para el Mediterráneo, Oriente Próximo y África, Gabriel Busquets, y el encargado de negocios de la embajada de España en Rabat, Eduardo Ibáñez. Por parte marroquí participaron el ministro de Asuntos Exteriores, Mohamed Benaissa, y el ministro delegado de este departamento, Taieb Fassi.

Al término de la audiencia, Benaissa y Palacio almorzaron juntos en Agadir antes de viajar a Rabat para proseguir los contactos bilaterales. La ministra se entrevistó en la capital marroquí con el primer ministro Driss Yetú y después presidió una reunión de trabajo de las dos delegaciones en la sede del Ministerio de Exteriores. La jornada terminó con una cena ofrecida por Benaissa a la ministra en su propio domicilio, informa Efe.

Benaissa: punto de partida

Benaissa interpretó el retorno del embajador marroquí a Madrid como 'un punto de partida' y no un 'punto de llegada' en las relaciones entre ambos países. 'Hemos plantado un árbol, ahora hay que regarlo cuidadosamente y mantenerlo', declaró el jefe de la diplomacia marroquí. 'Esperamos que sea el punto de partida para la consolidación de nuestras relaciones económicas, culturales, sociales y estratégicas', añadió.

El ministro subrayó el papel de intermediario natural que desempeña España en las relaciones de Marruecos con el resto de países europeos y expresó su deseo de desarrollar una cooperación euromediterránea 'sana y fructífera'.

Pese a las tensiones diplomáticas de los últimos meses, los empresarios españoles han mantenido su apuesta por Marruecos como destino de sus inversiones. Las incógnitas derivadas de la ruptura de las negociaciones pesqueras y la posterior retirada del embajador marroquí propiciaron una paralización de los proyectos en el país magrebí durante el último ejercicio. Sin embargo, los datos del primer semestre de este año mostraron un crecimiento espectacular de las inversiones directas españolas, que se elevaron a 16 millones de euros en valores brutos, frente a sólo 910.00 euros en el mismo periodo de 2001.

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