La crisis iraquí lleva a los expertos a plantear un escenario deflacionista
Dicen los que han ido a Davos que cuando las cabezas pensantes de Occidente se reúnen en este lugar, propicio para el esquí y la charla, el conflicto iraquí es 'el elefante en la habitación'. Es decir, el único tema sobre la mesa, la única conversación posible.
'Hablamos de un factor que puede cambiar el rumbo de la economía y de los mercados de manera radical. Puede dar lugar a una recuperación económica débil y una remontada respetable de los mercados o a una depresión con caídas importantes de la renta variable', explica Félix González, director de gestión de activos de Beta Capital.
El peor de los escenarios que manejan los expertos, con una guerra prolongada, contempla el barril a un precio hasta de 80 dólares, una depresión económica duradera, el euro a 1,20 dólares y los beneficios empresariales a la baja. El escenario bueno es el de una gradual recuperación, tanto de las Bolsas como del consumo, de la inversión, del crédito y de la economía en general.
A juicio de los analistas de Credit Suisse, hay varias cuestiones sobre la mesa. Principalmente, si la incertidumbre sobre la guerra o un conflicto prolongado provocará un descenso del consumo y una caída masiva de los precios de los activos. En segundo lugar, si este choque será reversible, es decir, si se podrá recobrar la confianza o si, por el contrario, la debilidad del sector privado convertirá una distorsión puntual en una crisis financiera.
Por otro lado, tal y como señalan los expertos de BNP Paribas, la desaparición de la incertidumbre que supone la guerra restará una importante prima de riesgo a los mercados. Según sus análisis cuantitativos, la paz o una guerra extremadamente corta podría suponer un alza del 20% en los mercados.
Aun así, tal como advirtió esta semana en Madrid el estratega jefe del banco francés, Florent Bronès, los aspectos que más pesan a la hora de alejar al inversor de los mercados son otros dos. Son la incertidumbre económico y la desconfianza sobre los resultados empresariales. Tanto sobre su evolución como sobre su fiabilidad. Considera, además, que los excesos que se cometieron durante la burbuja todavía tardarán en desinflarse, sobre todo en lo referente a la confianza. Aun así, BNP considera posible que el crudo puede llegar a 50 dólares porque se pueden cortar las líneas de distribución. Ello añadirá un punto de IPC y recortará otro punto de consumo, aunque no es el escenario principal que maneja el banco.
El principal riesgo es, pues, que el frágil equilibrio sobre el que está asentada la recuperación se rompa. Pero la incertidumbre es tanta que incluso los gestores más agresivos de hedge funds no se atreven a tomar posición mientras no se aclare el panorama. Tardará dos o tres meses.