Sólo 77 empresas han publicado la letra pequeña de sus contratos en los registros
Aquí estoy yo y éste es mi contrato. Obsérvenlo, examínenlo, repasen todas sus cláusulas con lupa. No tengo nada que ocultar'. æpermil;ste es, en esencia, el espíritu que debe guiar a las compañías cuando deciden depositar voluntariamente sus contratos en el Registro de Condiciones Generales de Contratación.
Por ello, y en un momento en el que casi todas las empresas manifiestan su intención de subirse al tren de la transparencia, el balance de los tres años de funcionamiento del registro, puesto en marcha a raíz de la aprobación de la Ley de Condiciones Generales de Contratación, es, cuanto menos, sorprendente.
Sólo 77 compañías en Madrid y Barcelona han optado por hacer uso de la prerrogativa que les concede la ley y depositar voluntariamente las condiciones generales de sus contratos (la denominada popularmente letra pequeña) en el registro, una cifra considerada muy baja tanto por algunos círculos registrales como por los propios consumidores.
En la lista de compañías que han decidido acudir al registro están ausentes, por ejemplo, algunas empresas del sector de telecomunicaciones, así como agencias de viajes y entidades bancarias, entre otras. 'Estos resultados son un serio varapalo a los intentos de transparencia que se están tratando de imponer en el mundo empresaria y demuestra la total y absoluta opacidad del mercado español', señalan fuentes de la Confederación Española de Consumidores y Usuarios (CECU).
Examen previo
La decisión de depositar los contratos con consumidores en el registro supone para las empresas, en primer lugar, la obligación de someterse al dictamen de legalidad realizado por el propio registrador y, una vez pasado ese examen previo, la exhibición de sus contratos ante cualquiera que solicite examinarlos, desde asociaciones de consumidores hasta ciudadanos y entidades de todo tipo.
Sin embargo, algunas de las empresas que no han entregado hasta el momento sus contratos en el registro no consideran la medida un requisito imprescindible para mantener su política de transparencia, como ocurre en el caso de Iberia.
Fuentes de la compañía aérea afirman que el hecho de que las condiciones generales de sus contratos figuren en el reverso de los billetes de avión 'es garantía suficiente de publicidad y transparencia' y aseguran que la empresa cumple con todos los requisitos de publicidad que impone la legislación del sector.
En el supuesto de Iberdrola, otra de las ausentes del listado, la explicación está en la propia legislación del sector eléctrico. 'Las empresas eléctricas estamos inmersas en un proceso de liberalización. Hasta hace poco tiempo los contratos con los consumidores los redactaba la propia Administración y se publicaban en el Boletín Oficial del Estado. Desde enero de este año contamos ya con una legislación que rige nuestros contratos con los clientes, y en nuestro caso estamos ultimando las condiciones generales de esos contratos. En 8 o 10 días los enviaremos al registro de condiciones generales', señalan fuentes de la asesoría jurídica de la compañía.