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Un presidente sin sueldo en una caja centenaria

Entre clase y clase, en el recreo o al finalizar la mañana, Pedro del Álamo (Almendralejo, Badajoz, 1944), profesor de Matemáticas en uno de los institutos de la localidad y presidente de Caja Rural de Almendralejo, hace una llamada a su director general, Fernando Palacios, para ver cómo van las cosas por la entidad. Si todo marcha bien, acude a casa a almorzar y dos o tres tardes en semana acude a la sede la cooperativa de crédito para marcar el rumbo a seguir en la caja rural más antigua de España.

El pluriempleo de este colega de Emilio Botín, Francisco González o los hermanos Valls Taberner lo deja patente el hecho de que además ejerce como ingeniero -ha proyectado alguna de las bodegas más importantes de Almendralejo- y se considera, por encima de todo, 'del campo'. De hecho, no es raro verle los sábados por la mañana, con botas de goma, entre el barro, descargando cajas para echar una mano en su explotación agrícola.

Del Álamo se diferencia de la mayoría de presidentes de entidades financieras en que no cobra ni sueldo ni dietas (cada vez que va a Madrid de reunión la Consejería de Educación le descuenta un día de su salario) y, sobre todo, en que dirige la caja rural más antigua de España, que este año celebra su centenario. Caja Rural de Almendralejo tiene 28 oficinas en 31 poblaciones de Badajoz y se define como entidad 'multisectorial', a pesar de que sus clientes preferidos son los agricultores.

El secreto de llegar a los cien años situada entre las tres cajas rurales de España con mejor ratio de solvencia se consigue con 'trabajo, ilusión, un consejo rector sin fisuras, un equipo directivo inmejorable y 90 empleados que han respondido cuando ha habido que hacer esfuerzos'.

Las celebraciones del centenario comenzaron a principios de año con una recepción del presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, a los directivos. La pasada semana les recibió Jaime Caruana, gobernador del Banco de España. Los grandes actos del centenario serán también la inauguración de una exposición pictórica en Badajoz, donde la entidad reunirá toda su colección, y la apertura de su nueva sede en Almendralejo, en la que se están invirtiendo seis millones de euros.

Almendralejo es una próspera localidad de casi 30.000 habitantes situada en el centro de la provincia pacense, considerada la cuna de los vinos extremeños. Frente a la sede de caja rural, hay una oficina de Caixa Galicia. 'Todas las entidades vienen a abrir aquí porque hay riqueza. El sector del vino mueve mucho dinero. Cada vez que abre alguien, algo de negocio nos quita. Pero nos encanta la competencia', dice Del Álamo. La entidad controla el 40% de negocio bancario en la sexta localidad con mayor población de Extremadura. Hasta 1975, la red comercial de Caja Rural de Almendralejo se limitó a una sola oficina principal. La entidad lleva seis años creciendo a una media anual de cinco nuevas aperturas. Al finalizar 2002, sus beneficios fueron de 2,1 millones de euros, basados en el principio que, según Del Álamo, rige en Caja Rural de Almendralejo: 'Lo que no son cuentas son cuentos'.

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