Los productores de pollo bendicen un acuerdo de mínimos con la industria
Los avicultores españoles encaran el nuevo ejercicio con un flamante acuerdo con la industria. Atrás han dejado cuatro años en los que han acumulado pérdidas por 87 millones de euros, a los que habrá que añadir otros 37 millones ocasionados por un mes de paro productivo. Pero los productores se quejan de los márgenes abusivos que sigue manteniendo la distribución y ven con recelo la creciente competencia del exterior.
El reciente acuerdo que los productores de pollo han logrado con la industria ha supuesto que ésta se avenga a la firma de un contrato tipo que garantice costes de producción asequibles para los criadores.
El sector, que engloba a 5.000 explotaciones y factura 1.200 millones de euros, culmina así una larga aspiración ya esbozada a principios del pasado año, cuando firmó con los integradores un acuerdo marco referente a precios mínimos de producción, avalado por el Ministerio de Agricultura, que no fue finalmente aplicado.
El acuerdo alcanzado ahora cierra el triste camino de las negociaciones, pero supone probablemente otra victoria pírrica de un sector al que sirve de poco liderar la cesta de la compra cárnica española (el pollo aglutina el 25% del consumo de carne frente al 15% del vacuno, según datos de Mercasa).
El mercado se está abriendo hacia producciones de otras latitudes, como Tailandia o Brasil, mucho más competitivas que las comunitarias, que convertirán al Viejo Continente en un importador nato.
A ello se suma lo ocurrido anteriormente. En los tres últimos años los productores han acumulado pérdidas por 87 millones de euros, según datos de la Plataforma Avícola Española y la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), asociaciones que aglutinan el 87% del mercado. El paro llevado a cabo entre el 19 de diciembre y el 17 de enero acumuló otros 37 millones de pérdidas, según las mismas fuentes. En el último año, los precios percibidos por los avicultores han bajado en ocasiones de los 0,21 céntimos por kilo que cuesta engordar hoy un pollo.
Márgenes abusivos
Además, estos precios son ampliamente rebasados por los de venta al público (en torno a 2,5 euros por kilo), con lo que los productores cargan sin piedad contra la industria en tanto entienden que obtiene 'unos márgenes comerciales claramente abusivos'. Los mercados exteriores de las producciones avícolas españolas suponen una importante válvula de escape para mantener los actuales niveles de productividad.
La industria vende cada año en el extranjero un 20% de la producción nacional, (180.000 toneladas), cifra que supone un crecimiento importante con respecto a otros ejercicios.
Con todo, los granjeros bendicen el nuevo acuerdo que ha tenido, no obstante, que articularse con ingenio. Los productores tienen el compromiso de percibir unos costes mínimos, aunque éstos, sorprendentemente, no vendrán por la vía de los pagos sino por la garantía de los integradores de ofrecer piensos y aves de calidad, hecho que se traducirá en ventajas económicas. Hasta ahora, las bajas ocasionadas por el mal estado sanitario de los pollitos o del pienso eran asumidas por los productores.
Tras el acuerdo, serán los integradores quienes sufran con los gastos que se ocasionen por este motivo. Para ratificarlo, el Ministerio de Agricultura se compromete a testar la calidad de aves y piensos, siempre en colaboración con las comunidades autónomas, algunas de las cuales preparan ya laboratorios de referencia con estos fines.
Mientras tanto, los productores miran con recelo las estimaciones oficiales que consideran irreales. Según un informe de la Comisión Europea, la carne de esta ave se enfrenta a un panorama muy esperanzador durante los próximos seis años. El consumo medio que hoy se registra en Europa, 23,4 kilos por habitante, crecerá en más de un kilo en ese periodo.
El futuro depende, una vez más, de las buenas relaciones entre avicultores e industriales. La producción se organiza mediante el sistema de integración. Los granjeros crían en sus instalaciones los pollos entregados por la industria, a la que retornan tras 50 días y ya con una media de 2,3 kilos de peso.