Un paraíso sólo para sibaritas
Este antiguo jalón en la ruta de las especias ofrece una doble ventaja, un un exotismo fascinante en una remota esquirla de costumbres europeas
Es un pequeño continente. Si no para los geógrafos, sí al menos para los sentidos. Perdida en el mar de las Especias o de las Indias (el océano Índico), a oriente de las costas africanas y de Madagascar, isla Reunión se prende a la memoria como un territorio alborotado y montañoso, de arrugas verdes y profundas, pero que cela asimismo un país quemado de aspecto lunar y orillas que lo mismo se defienden con las uñas de acantilados desafiantes que se explayan en radiantes arenales, protegidos por una barrera de coral y el labio turquí del arrecife, sin que falten además palmeras y cocoteros de puro cromo. Diversidad de paisaje y de microclimas -aunque el agua de sus playas no baja de los 24º-, diversidad de frutas y de especias, traídas aquí y aclimatadas, y sobre todo variedad y mestizaje de los isleños, que dejan convivir el colorido exultante de iglesias coloniales, templos hindúes, pagodas chinas y mezquitas.
Reunión (que antes se llamó Bourbon) tiene un historial joven. Los 750.000 habitantes actuales descienden, más o menos, de 14 deportados; que fueron expulsados en 1654 de Fort Dauphin, un puesto francés de Madagascar. Pronto llegaron otros colonos, con sirvientes y mujeres. Y poco a poco se abrieron paso en una isla que, pese a haber sido descubierta un siglo antes por un portugués, permanecía virgen y desafiante. En efecto, es una montaña surgida del mar o, más exactamente, dos: la cumbre más alta, el volcán llamado Piton des Neiges, de más de 3.000 metros, brotó del océano hace dos millones y medio de años; luego afloró, más al sur, el Piton de la Fournaise (2.632 m). Tres quebradas profundas (que allí llaman cirques) entallan la mole del primer volcán: Mafate, la más agazapada, tanto que sólo se accede a ella a pie o en helicóptero; Cilaos, que discurre hacia el sur, y Salazie, al oriente, verde y esponjada, con cascadas tan hermosas como el velo de la novia.
Los primeros deportados subsistieron en cuevas naturales, junto a las cuales se instalaron luego depósitos, almacenes y viviendas que dieron origen a la ciudad de St. Paul. Las grutas de Premiers Français (una de ellas reconvertida en ¡sucursal de Lourdes!), junto con el ayuntamiento, el Polvorín o la tumba del pirata La Buse (que el día de su ejecución lanzó a la multitud un plano cifrado para encontrar su tesoro: sigue el reto) recuerdan los tiempos fundacionales. Pero muy pronto (en 1664) el primer comandante nombrado para la isla fundó una nueva capital en St. Denis, puerto mejor abrigado y llave, según él, del Bello País. Fue la ciudad que más prosperó -pese al auge de nuevos asentamientos por la parte más llana y cultivable del oriente, como St. Suzanne y St. Marie- y conserva buenas muestras de arquitectura colonial, y mucha animación.
La Compañía de las Indias Orientales, que tenía en esta isla un jalón estratégico para sus escalas, y algunos colonos ilustrados convirtieron a Reunión en un auténtico jardín de aclimatación. Cada capitán de navío de la compañía era un botánico de tapadillo. Pierre Poivre (su apellido sirve para designar la pimienta, en francés) fomentó el cultivo de la pimienta (muy extendido por todo el Índico) y robó a los holandeses la nuez moscada y el clavo. 50 años más tarde se introdujo la vainilla (originaria de México) y fue un esclavo nativo de 12 años, Edmond, quien descubrió la manera de fecundar esta orquídea. La cúrcuma de la India, el cardamomo de Ceilán, el jengibre de Malasia, la nuez moscada de las Molucas, la pimienta blanca, negra o roja del Índico hicieron de este paraíso remoto un vergel muy apreciado en la ruta de la especias.
El cultivo del café, en el siglo XVIII, cambió los destinos de la isla. Las plantaciones exigían esclavos, que llegaron a alcanzar la proporción de ocho por cada hombre libre, en la zona cafetera de St.-Leu. Las penosas condiciones hacían que muchos huyeran a las montañas; son los marrones (corrupción de cimarrones) que mantuvieron durante casi un siglo una auténtica guerrilla contra los propietarios. Hasta que fue abolida la esclavitud (1848) y las plagas, las lluvias torrenciales y la competencia acabaron con el café. Se ha mantenido pujante, en cambio, la caña de azúcar, que aparte de exportar costales de oro rojo (cristales de azúcar bruto) abastece a una próspera industria del ron: ron blanco, ron añejo, ron ambarino para cocinar, ron agrícola blanco o rubio, ron perfumado con lichis macerados y otras virguerías. Explorar la memoria de la isla a través de plantaciones que abren sus puertas o de museos temáticos (como el Stella Matutina de St.-Leu o el de Villèle, cerca de St.-Paul) puede servir de epítome y contrapunto al recorrido por mercados callejeros donde se apilan lichis, mangos, guayabas, papayas, cocos, azufaifas, guanábanas, plátanos, piñas, nísperos, aguacates o frutas de la pasión, junto a costales de especias penetrantes, y de raíces preciosas buscadas por los mejores perfumistas del mundo. Reunión es, ante todo, una borrachera de sensaciones, tan intensas y variopintas que toda la panoplia de actividades de ocio, frenético o relajado, palidece un poco y se rezaga en el recuerdo, en la hora triste del regreso.
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Localización
Cómo ir. Air France (901 113 322) tiene vuelos diarios desde París a isla Reunión; la tarifa desde Madrid a Reunión vía París, ida/vuelta y con tasas incluidas puede ser a partir de 930-1.079 euros, según el día (finales enero-principios de febrero). La mayorista Catai tiene programas muy interesantes para Reunión: por ejemplo, el paquete Reunión al completo ofrece 10 días recorriendo la isla en coche de alquiler, con media pensión en hoteles de ciudades y lugares como Saint Denis, Salazie, Cilaos, Petite France y Saint Gilles, incluidos los vuelos en línea regular (Air France, salidas diarias), traslados, el coche de alquiler, bonos para realizar actividades deportivas, seguro, etc., a partir de 1.631 euros (según temporada y categoría del hotel). El paquete Aventura en Reunión propone 10 días de actividades (rafting, canoa, bicicleta, paseos a caballo, submarinismo, ultraligeros, etc.) en varios puntos de la isla, con coche de alquiler, hotel y desayunos, vuelos y traslados, seguros, bonos de actividades..., a partir de 1.675 euros. En agencias de viajes. Información: www. la-reunion-tourisme.com, e-mail: ctr@la-reunion-tourisme.com.