Aprovechar el futuro
El sector de la distribución comercial ha tenido un comportamiento dinámico en 2002. El índice general de comercio al por menor ha refrendado este dinamismo con un crecimiento interanual durante el mes de noviembre del 7,8% y un crecimiento interanual medio superior al 6% a lo largo de todo el ejercicio. El último dato de Eurostat muestra un crecimiento interanual de las ventas al por menor en España, más de tres veces superior al de la eurozona.
El comercio es, además, un sector fundamental para el empleo; ocupa en torno a 2.600.000 personas, con una tasa de ocupación media casi tres puntos por encima de la media nacional. Desde 1995 se han creado 460.000 nuevos empleos, y en los últimos doce meses ha generado casi 100.000 nuevos afiliados a la Seguridad Social. Esta evolución demuestra que el comercio ha sido uno de los sectores de la economía que mejor ha sabido aprovechar las oportunidades brindadas por una política económica basada en la estabilidad macroeconómica y las reformas estructurales.
Sin embargo, los empresarios del comercio se enfrentan en el momento actual a un mercado cada vez más complejo, competitivo y global y en el que la capacidad de adaptación a las demandas de los consumidores se convierte en la principal herramienta competitiva. Las exigencias de calidad y diseño son mayores. Se ha incrementado la preocupación por la seguridad, la demanda de información y se ha despertado en el consumidor un creciente interés por el precio, la atención personalizada y el servicio.
En este entorno cambiante la distribución comercial debe aprovechar el futuro y seguir adecuando su oferta a las demandas de los consumidores. Mayor especialización, centrarse cada empresa en los nichos en los que resulte más competitiva, la apuesta por el cliente a través de un mejor servicio y de la adopción de estrategias de fidelización, la diversificación de la actividad hacia ofertas complementarias o la introducción de las nuevas tecnologías y sistemas de calidad son las estrategias para aprovechar el futuro.
Debemos garantizar una adecuada competencia en beneficio de los consumidores y apoyar a los comercios en su adaptación a un contexto cada vez más exigente. Un sector comercial dinámico y basado en la libre competencia es sinónimo de consumidores satisfechos, creación de empleo y moderación de precios.