Francia y Alemania barajan la doble nacionalidad para sus ciudadanos
Los Parlamentos alemán y francés celebran hoy una histórica reunión conjunta en el palacio de Versalles para conmemorar el 40º aniversario del Tratado del Elíseo y acordar medidas que estrechen los lazos entre ambos países.
La reunión estará precedida por un consejo conjunto de ministros de los dos países en el Elíseo. El Tratado del Elíseo, firmado en 1963, comprometía a Francia y a la entonces Alemania occidental a consultarse mutuamente sus decisiones de política exterior y defensa.
Pese a los altibajos, las relaciones entre ambos países viven 40 años después un momento dulce, con la reactivación del eje franco-alemán dentro de la Unión Europea. Alemania y Francia impulsan conjuntamente su proyecto para la reforma de la UE, que incluye la creación de un presidente europeo designado por cinco años. Además, ambos países comparten una postura conjunta de rechazo a la guerra contra Irak dentro del Consejo de Seguridad de la ONU.
Entre las medidas que los Parlamentos de ambos países discuten hoy se encuentra la creación de sendos secretarios generales para potenciar las relaciones bilaterales, así como el nombramiento de un secretario general adjunto francés en Berlín. Además, Francia y Alemania estudian la introducción de la doble nacionalidad para los ciudadanos de ambos países y la instauración del 22 de enero como Día Franco-Alemán en las escuelas germanas y galas.
Por otra parte, los representantes gubernamentales de Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y España, los cinco Estados con más poder de decisión en la UE, apoyaron ayer en Bruselas, ante la Convención sobre el Futuro de Europa, la instauración de una presidencia estable en el Consejo Europeo, tal como ha sido formulada recientemente por el presidente francés, Jacques Chirac, y el canciller alemán, Gerard Schröder.
Los titulares de Asuntos Exteriores francés y alemán, Dominique Villepin y Joshka Fisher, respectivamente, defendieron ayer la idea como fórmula para aumentar la presencia de Europa en la escena internacional. En la misma línea se pronunció el delegado de Roma, el vicepresidente Gianfranco Fini.
Por su parte, la titular española, Ana Palacio, subrayó la conveniencia de una 'presidencia estable' para hacer más 'eficaz' al Consejo de la UE.
La posición de los cinco grandes no fue unánime en lo que respecta al segundo pilar del pacto franco-alemán: el reforzamiento del presidente de la Comisión, mediante su elección directa en el Parlamento Europeo y la consolidación así de una doble presidencia de la UE entre el mandatario del Consejo y el del Ejecutivo comunitario. Francia, Alemania e Italia defienden esta postura. Pero la ministra española, sin entrar directamente en la cuestión, señaló que la Comisión debería 'mantener su independencia', y su presidente, 'estar por encima de la lucha entre partidos' que suscitaría una elección en la Eurocámara. El enviado británico también defendió ayer la necesidad de 'mantener la independencia' de la Comisión.
La postura de los cinco grandes contrastó con la opinión del resto de la Convención, donde los representantes de países pequeños y medianos (salvo Dinamarca) rechazaron la idea de una presidencia fija del Consejo.
Ligado al proceso de reforma institucional en la UE, el vicepresidente económico del Gobierno, Rodrigo Rato, se mostró favorable ayer en Bruselas a que se mantengan las reuniones del Eurogrupo (ministros de Finanzas de la zona euro) con carácter informal y previas al Ecofin (ministros de Finanzas del conjunto de la UE), después de la ampliación al Este.