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Telefonía

Las §telecos§ lanzan un sistema para bloquear los móviles robados

Las operadoras de telefonía móvil y los Gobiernos de la UE comienzan a hacer sus deberes para frenar la auténtica plaga de robos de teléfonos celulares que se padece en las cuatro esquinas del continente, así como para acallar la alarma social que provoca el fenómeno.

El Ejecutivo español anunció el viernes la aprobación de una reforma del Código Penal que incluye la tipificación como delito de la manipulación de las claves electrónicas de seguridad en los teléfonos móviles robados. Otros gobiernos europeos realizan en estas fechas modificaciones legales similares.

La práctica totalidad de las operadoras que explotan redes con el estándar europeo GSM también se han embarcado este último año en la cruzada de la lucha contra el robo de teléfonos móviles. La apuesta es compleja y exige poner en práctica cambios tecnológicos en el estándar GSM, modificaciones en las leyes, así como un amplio esfuerzo de colaboración multilateral para conseguir el intercambio de datos confidenciales entre más de 60 compañías de una treintena de países.

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El objetivo final del proceso, que debe estar culminado antes de final de año, es la creación de una base de datos común entre todas las operadoras que permita configurar y actualizar en tiempo real una lista negra con todos los códigos electrónicos de identificación de los terminales móviles que han sido sustraídos en cualquiera de los países que colaboran en la operación.

La existencia de esta lista negra electrónica común permitirá a las redes de todas las operadoras asociadas denegar las comunicaciones que se realicen desde cualquier teléfono robado. Además, la exclusión del sistema se hará en tiempo real, desde el mismo momento en que la víctima del hurto comunique la denuncia a la operadora de la que es cliente.

Expulsión inmediata

Este sistema es idéntico al que se viene utilizando desde hace décadas para proteger contra el uso ilegal de las tarjetas de crédito y que ha demostrado una gran eficacia.

No existen en estos momentos datos fiables sobre el número de teléfonos móviles que se sustraen en cada país y, por tanto, tampoco de los que se roban en el conjunto de ellos. La estadística es poco menos que imposible, ya que sólo se denuncia a la policía o a las operadoras un número muy limitado de hurtos. Existe la opinión generalizada de que las denuncias no surten ningún efecto.

Según diversas estimaciones, el año pasado se sustrajeron 2,5 millones de terminales en la UE. En países como Reino Unido, Francia o España, la alarma social que ha creado este fenómeno es la que ha provocado la movilización de las autoridades y las telefónicas.

Los responsables de interior de estos países detectan, además, que el robo de móviles está siendo auspiciado por grupos de delincuencia organizada. Estos grupos son capaces de modificar los códigos electrónicos de seguridad de los teléfonos, así como de exportarlos de unos países a otros en importantísimas cantidades.

El foro desde el que se ha venido impulsando la mayoría de las medidas contra el robo de móviles es la Asociación GSM (GSMA), una patronal paneuropea en la que participan activamente un número muy importante de operadoras y la práctica totalidad de los fabricantes de teléfonos móviles.

En la primavera del año pasado fue esta asociación la principal impulsora de una significativa modificación de las especificaciones de seguridad del estándar GSM. (Este estándar está implantado en toda europa y en buena parte de Asia y es el más extendido en todo el mundo).

La modificación ha consistido en aplicar los últimos avances en codificación a la protección e inviolabilidad del código de seguridad de cada teléfono móvil (denominado Emei). Su eficacia está basada en que siempre que un teléfono móvil quiere iniciar una conexión, la red le pide su número Emei antes de proceder a su autorización.

Reforzada la protección del código Emei, los ladrones tienen ahora mucho más difícil realizar las modificaciones electrónicas que engañen a la red, y sólo les queda el recurso de la exportación de los terminales robados.

Pero esta práctica también tiene sus días contados, ya que las operadoras están decididas a culminar el proceso de intercambio de datos para crear la lista negra común antes de un año.

Algunos países en el norte de África, en Asia y en la Europa del Este no se van a incorporar al proceso en un primer momento. Serán reductos en los que se podrán comercializar terminales robados, pero los ladrones verán cada vez más limitado su margen de acción.

Sustracción masiva de ordenadores portátiles y pantallas planas

La plaga de los robos a los usuarios de los aparatos de telefonía móvil es sólo una de las manifestaciones de la actividad delictiva que acosa a los usuarios, fabricantes y distribuidores de aparatos de alta tecnología. Desde hace años el sector de la informática lucha por reducir la pesadilla de las sustracciones de ordenadores personales durante el proceso de transporte de la fábrica al mayorista o al cliente final. Durante la última campaña de Navidad los ladrones se han cebado especialmente en el robo de ordenadores portátiles y pantallas planas. El responsable de logística de una multinacional afincada en España explica que estos aparatos son particularmente atractivos, 'dado su escaso peso y su alto valor'. La forma de operar de los ladrones consiste en abrir los camiones de transporte cuando el conductor se encuentra descansando o comiendo, para abrir las cajas que contienen el aparato y sustituirlo por un objeto que tenga un peso parecido. La precisión de las operaciones es tan alta que en muchas ocasiones se descubre el cambio en el momento en que el destinatario abre la mercancía. La incidencia de los robos es tan alta que los fabricantes y mayoristas han decidido cambiar radicalmente su estrategia en los envíos de aparatos de alta tecnología. En primer lugar organizan los traslados de este material en grandes partidas y usando contenedores de alta seguridad. Estiman que la incidencia de robos en los envíos individualizados que pasan por muchas manos puede llegar al 3%. En segundo término, ningún equipo se transporta con su embalaje original a la vista, sino camuflado en una llamada 'caja genérica'. Otra de las actividades que sufre el asalto de los delincuentes es la distribución de teléfonos móviles que las operadoras celulares distribuyen a cambio de puntos en sus programas de fidelización.

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