_
_
_
_
Ampliación

Telefónica inicia el plan para resarcir al accionista por la crisis bursátil

El ejercicio de 2003 será prolijo en remuneraciones para los accionistas de Telefónica. Y en diversas modalidades. La operadora concentrará en un solo año la mayoría de las fórmulas que existen en el mercado y utilizan las compañías para retribuir a sus inversores: ampliaciones gratuitas, amortización de autocartera y el tradicional dividendo.

Esta acumulación se produce después de cinco años en los que Telefónica sólo pagó a sus accionistas con acciones gratis, en proporción de 1 nueva por cada 50 antiguas. La junta del pasado abril aprobó las dos últimas ampliaciones liberadas, pero la operadora no ha puesto en marcha la primera de ellas hasta ahora. La CNMV dio ayer el visto bueno a la emisión, que comenzará el 28 de enero y finalizará el 11 de febrero, con la puesta en circulación de 97.213.255 títulos, un 2% del capital. La segunda ampliación se iniciará en febrero y finalizará a pocas fechas de la junta llamada a aprobar la distribución de 0,25 euros por acción de dividendo, el primero desde que Juan Villalonga lo eliminó en 1998.

Pero la remuneración a los inversores no terminará ahí, puesto que Telefónica se ha comprometido a amortizar hasta un 2% de acciones que tiene en autocartera.

Las presiones recibidas desde accionistas y gestores de fondos, unidas a la fuerte caída bursátil de los tres últimos años, explican esta concentración de retribuciones. Villalonga eliminó el dividendo con el argumento de que Telefónica podía sacar mayor partido al dinero que los socios y que éstos lo cobrarían con la revalorización en Bolsa. Esta afirmación fue cierta en 1998, cuando la operadora subió un 52,2%, y se revalidó al año siguiente, con un alza del 104,1%. Desde ahí, y coincidiendo con la crisis del sector y el relevo en la presidencia, Telefónica ha encadenado tres años consecutivos de caída bursátil.

Con este panorama, las presiones para que la compañía presidida por César Alierta recuperara el dividendo comenzaron ya en 2001, a la vez que aumentaban las críticas a las ampliaciones liberadas, una modalidad de remuneración que analistas y economistas no consideran como tal, puesto que el valor de los nuevos títulos se resta al de los que ya está en circulación, con lo que el efecto es económicamente neutro. Al año siguiente, las presiones se recrudecieron, hasta el punto de que a la junta de abril se llevó el compromiso de estudiar la vuelta a esta forma de retribución en efectivo y se apuntó la posibilidad de amortizar autocartera como fórmula alternativa. A septiembre, Telefónica tenía un 1,91% del capital, con unas minusvalías a fecha de hoy que rondan los 200 millones de euros.

Después de años defendiendo la bondad de las ampliaciones liberadas, Telefónica dio la marcha definitiva el pasado julio, cuando a la crisis bursátil se unió el anuncio de las mayores pérdidas de la historia de la compañía. Para limar las malas noticias, Alierta confirmó tanto la vuelta al dividendo como la amortización de acciones. Descontando las ampliaciones liberadas, la rentabilidad para el accionista este año se aproxima al 4,5%, por el 2,5% que aporta el dividendo -siempre que se haga efectivo en 2003- y el 2% de la amortización de acciones propias.

Más información

Archivado En

_
_