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El primer hospital sin papeles nace en Mallorca

En el hospital Son Llàtzer, en la capital mallorquina, los médicos entran en las habitaciones de los pacientes con una agenda electrónica y les preguntan cómo se encuentran hoy. Registran toda la información en las PDA y toman apuntes con el lápiz óptico.

También los enfermeros van armados con Tablet PC (los nuevos portátiles que reconocen la escritura manual), desde los que acceden al historial de los pacientes para proporcionarles las medicinas adecuadas y apuntar en archivos digitales su evolución diaria.

En la sala de rayos X, las radiografías aparecen digitalizadas en una pantalla donde un experto retocará las imágenes con el programa informático desarrollado por General Electric para mejorar el brillo y el contraste.

Petición de consultas a través del móvil, solicitud de pruebas médicas con el PC, acceso informático de todos los médicos y enfermeros a los historiales de cualquier paciente... La informatización ha llegado hasta la Unidad de Maternidad, donde las matronas controlan hasta cuatro partos al mismo tiempo desde una pantalla central.

El Hospital Son Llàtzer, perteneciente a la red pública de la Consejería de Salud Balear, ya no llama la atención de sus pacientes, pues la mayoría se ha acostumbrado, tras un año en funcionamiento, a moverse en el entorno de la medicina virtual.

El 95% de los procesos asistenciales del hospital se hacen sin papeles, como explica el director del centro, Josep Burró. En una superficie de 75.000 metros cuadrados, 1.000 profesionales tienen acceso a unos 600 equipos en uno de los hospitales más avanzados de Europa.

La multinacional informática Hewlett-Packard (HP) ganó el concurso convocado en 2001 para informatizar el nuevo centro recién construido, en un proyecto de tres años, por un importe de nueve millones de euros.

Aunque en otros hospitales españoles, como en el policlínico de Guipúzcoa, existen innovaciones similares, el de Son Llàtzer es el primer centro que ha logrado interconectar e integrar todo el sistema, de modo que todos los médicos tienen acceso inmediato y en tiempo real, a través del ordenador, a la historia de los pacientes y las pruebas e intervenciones que se están realizando.

'La mayor ventaja es la rapidez de transmisión de información', explica Carlos Dolz, jefe de la unidad de digestivo. 'Al eliminar el transporte físico, se evitan extravíos y se aumenta la seguridad de los datos'.

En Son Llàtzer, los médicos también tienen sus doctores de urgencia: son los informáticos de HP, que velan día y noche por si al sistema le da por ponerse enfermo.

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