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Convención

La Comisión recibe con cautela la doble presidencia europea

Pero Bruselas observa con reticencia el respaldo a la designación de un presidente de la Unión Europea, cuyas funciones pueden rozar con las del presidente de la Comisión, puesto que actualmente ocupa el italiano Romano Prodi. El precedente de la difícil convivencia entre el comisario de Exteriores, Chris Patten, y el alto representante del Consejo para la Política Exterior, Javier Solana, hace temer que la presidencia bicéfala también encuentre difícil el reparto de competencias.

La designación de un presidente de la UE, sin embargo, parece imparable y podría plasmarse finalmente en la Constitución europea que elabora la convención presidida por Valéry Giscard d'Estaing.

La idea no sólo cuenta con el apoyo decisivo de Alemania, que se había resistido hasta ahora, sino también con el de Francia, Reino Unido, España, Italia y Suecia. Y ayer se añadió el del presidente danés, Anders Fogh Rasmussen, la primera deserción entre los países pequeños que se oponían frontalmente a la iniciativa. La única condición de Rasmussen, según indicó en un discurso pronunciado ante el Instituto de Estudios Internacionales de Copenhague, es que el puesto rote entre políticos procedentes de los países grandes (entre los que figura España), medianos y pequeños.

La propuesta franco-alemana prevé un mandato de dos años y medio renovable sólo una vez, por lo que la rotación se produciría, como máximo, cada cinco años. Los nombres del presidente del Gobierno, José María Aznar, y del primer ministro británico, Tony Blair, suenan desde hace meses como posibles aspirantes al cargo. La exitosa presidencia semestral de Dinamarca, que concluyó el pasado 31 de diciembre, ha lanzado también el nombre de Rasmussen como un posible candidato. La designación, previsiblemente en 2004, coincidirá con el relevo de Romano Prodi al frente de la Comisión, lo que dejará disponibles dos puestos de alto nivel.

Por su parte, el presidente del Gobierno español, José María Aznar, consideró ayer el acuerdo franco-alemán sobre el futuro de la UE 'una propuesta apreciable' que deberá ser debatida junto a las 'iniciativas de otros países' y recordó que él fue 'uno de los primeros' en defender la necesidad de un presidente de la Unión.

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