Las telecomunicaciones trasladan sus problemas a los fabricantes de equipos
Alcatel y Ericsson están entre las empresas cuya calificación financiera apunta a nuevas rebajas. Por el contrario, los analistas de Standard & Poor's o de Lehman apuntan que lo peor ha pasado para las empresas de telecomunicaciones europeas. Antes, los sectores de telecomunicaciones y tecnología iban de la mano, pero últimamente se echa de menos este paralelismo.
Los gestores de las telecos han optado por la estrategia de la tijera. Personal, costes y, sobre todo, nuevas inversiones. Los mercados han recobrado la fe en que estas compañías puedan salir del pozo. Pero estas medidas han servido para trasladar el problema a las empresas que reciben ingresos de las grandes telecos. Las Ericsson o Alcatel, fabricantes de equipos de comunicaciones. Al fin y al cabo, las telecos tienen muchos ingresos por su negocio tradicional y las inversiones fallidas suponían un importante lastre. Pero se ha podido solucionar el problema con austeridad y sufriendo en 2002 pérdidas billonarias. Ahora bien, las empresas de tecnología tienen el problema por el lado de los ingresos, y eso es más complicado de solucionar. Dado que el gasto de las telecos se reducirá mucho este año, todas las miradas están puestas en las ventas de terminales de teléfonos móviles. Las previsiones de las propias compañías son, a menudo, contradictorias, y los analistas advierten de la falta de visibilidad. Nokia, no obstante, sigue gozando de una cierta bula entre la comunidad de inversores y, sobre todo, analistas.
Las valoraciones en Bolsa de las empresas tecnológicas son, en todo caso, extremadamente bajas. Además, tradicionalmente el sector tecnológico es el que recoge con mayor violencia los bandazos del mercado, es decir, es el que más sube en las épocas alcistas y el que más cae en las bajistas. Si un experto cree que el mercado va a subir, debería recomendar tecnología. Pero, aun así, bancos como Salomon Smith Barney aconsejan mucha cautela.