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RICHARD WAGONER
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Un presidente poderoso pero cercano

No estoy muy seguro de querer'. Richard Wagoner es sincero porque ésa fue su respuesta cuando el entonces presidente de General Motors, Jack Smith, le ofreció la vicepresidencia y la dirección de finanzas de la automovilística. Con lo que no contaba este ejecutivo, nacido en Wilmington (Delaware) hace 49 años, es con que Smith lo tenía algo más claro. 'Lo entiendo, pero realmente nos encantaría que aceptaras', le dijo amablemente.

Wagoner contaba esta anécdota en un reciente artículo firmado por él en The New York Times y publicado una vez que se supo que a sus responsabilidades como consejero delegado se iba a unir la de ser el chairman de la empresa en mayo de 2003 con la jubilación de Smith. En este artículo terminaba riéndose de sí mismo al decir: 'Aprendí hace tiempo a no decir lo que no quiero'. Y es que había precedente.

En 1977, tras conseguir su título de MBA en Harvard, se propuso unas cuantas cosas por las que no iba a pasar: 'No quería salir a trabajar fuera de EE UU ni en Nueva York'. Ese mismo año fue contratado por GM como analista de la oficina de tesorería. En Nueva York.

No estamos viendo mucho crecimiento en Europa lo que es decepcionante después de las discusiones y el entusiasmo alrededor del euro

Y de allí comenzó una ascensión en el organigrama que le llevó en distintos puestos a algunas ciudades más de EE UU pero también a Canadá, Suiza y Brasil donde terminó siendo su presidente y ganándose la confianza de sus superiores al dar la vuelta y modernizar la filial.

Este apasionado de los deportes, especialmente del baloncesto al que se dedicó en su etapa universitaria de forma natural dada su estatura, es desde 2000 consejero delegado y presidente de GM, una compañía que en los nueve primeros meses del año pasado facturó 138.110 millones de dólares y tiene casi 400.000 empleados en todo el mundo.

¿Sus retos? Devolver identidad a las marcas de la empresa alrededor del planeta y asegurarse de que éste, al completo, es su campo de operaciones. 'Tenemos que crecer en China e India', dijo en una entrevista a este periódico cuando llegó a la presidencia. Wagoner quiere recuperar con rentabilidad el mercado que GM ha ido perdiendo en EE UU y se está desprendiendo de negocios como el de defensa y la televisión. Además, el primer directivo de GM se ha volcado en los combustibles alternativos, en particular la pila combustible, algo que ve como piedra angular del futuro del negocio.

La responsabilidad de tamaño cargo en una empresa de la que se dice que lo que es bueno para ella es bueno para América, no le ha impedido seguir la evolución deportiva de sus hijos (tiene tres a los que suele mencionar en las entrevistas al comenzar respuestas diciendo 'eso es algo que le digo a mi hijo'), ni despegarse del suelo donde tiene los pies anclados, ni perder amabilidad y cercanía.

En un encuentro con la prensa en la actual edición del salón del automóvil de Detroit, Wagoner contestó a la pregunta de qué le parecía el actual momento de Fiat, una empresa en la que GM tiene el 20% y con la que tiene dos empresas diciendo: 'Nada que quiera compartir con ustedes ahora'. Para limar la aspereza del momento siguió hablando para explicar que lo que se opinara en GM de la situación podría crear más confusión. 'Hoy he respondido a esta pregunta 52 veces', dijo como disculpa. Hay expectación por lo que diga, ya que GM podría acabar comprando la italiana algo que para muchos analistas es una complicación que no necesita.

El primer ejecutivo de GM tiene más preocupaciones. Se está tratando de dar un giro hacia la rentabilidad a la empresa en Europa, un continente que ha definido como 'muy duro, más que hace sólo cinco años'. Wagoner se quejaba de que apenas hay crecimiento y que cuando lo hay no es en los países más ricos.

'Las ventas serán estables o la a baja. No estamos viendo mucho crecimiento en Europa lo que, honestamente, es decepcionante después de todas las discusiones y el entusiasmo alrededor del euro'.

Su empresa tiene en marcha en Europa un plan de reorganización del que dice sentirse satisfecho. 'Espero que lleguemos al punto de equilibrio a finales de este año'. Según Wagoner, se notarán las mejoras en Opel Vauxhall aunque no en Saab. En cuanto a la cuota de mercado, reconoce que el año pasado 'tuvimos un mal mercado con excepciones en algún país. Por favor, diga que he dicho esto último', explicaba para decir que esperan que productos nuevos como el Meriva, que se monta en la planta de Zaragoza, les ayudará a mejorar cuota de mercado.

Wagoner dice estar satisfecho de la evolución de la fabrica española. 'Es muy importante que el Meriva se construya en Figueruelas porque se restablece algo muy importante que es la flexibilidad para hacer distintos productos'. El presidente dijo que llevar este coche a a Zaragoza es 'una de las mejores ideas que hemos tenido y si la gente cambia de gusto y deja el Corsa para hacerse con el Meriva nos vale porque lo que queremos es vender lo que la gente quiere comprar'.

Con esa filosofía de dar a los clientes lo que quieren y con la ayuda de quien es toda una autoridad en ese campo, Bob Lutz, GM está lanzando nuevos coches y camionetas en E UU para tratar de ganar cuota, algo que lleva haciendo en los dos últimos años. Y lo consigue también con los fuertes incentivos puestos en marcha tras el 11-S y que se puede permitir por la mejora en la estructura de gastos y la productividad y la mayor flexibilidad de las plantas. Sus competidores no tienen más remedio que seguirle a disgusto y a costa de la desestabilización aún mayor de sus cuentas en tiempos difíciles. 'No lo tienen que hacer si no quieren, pero a nosotros nos va bien', dijo con sarcasmo.

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