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Programas informáticos

El incierto negocio del software de facturas

Los fabricantes de sistemas de facturación apuestan por un modelo de recibo único y de documento electrónico para salir de la atonía

Olvidados el efecto 2000 y la adaptación al euro, los programas informáticos de facturación han dejado de ser una prioridad para las empresas. Los fabricantes de estos sistemas, acostumbrados a los vaivenes del sector, afrontan con estoicismo la bajada en las ventas y centran su actividad en I+D, vislumbrando en la integración europea una de las próximas oportunidades de negocio, ya que 'aún queda más de medio camino por recorrer en la gestión de cobros y pagos internacionales', explica Ignacio Pomar, director general del fabricante Datisa.

Sin embargo, algunos sectores productivos por su complejidad a la hora de facturar a sus clientes abren posibilidades a los productores de software especializados en modelos informáticos de facturación.

Uno de estos sectores con más retos por delante es el de las telecomunicaciones, donde se promueve, aún sin resultados, el concepto de la factura única. Muchas empresas u operadores de este negocio ofrecen a un mismo cliente distintas tarifas y servicios (telefonía móvil, fija, mensajes, Internet, televisión digital...) que en la mayoría de los casos se facturan de forma diferenciada. Uno de los objetivos es integrarlos todos bajo un mismo documento, lo que redundaría en un ahorro de costes para las operadoras y en una simplificación para sus clientes.

Las 'telecos' que ofrecen distintos servicios y tarifas a un mismo usuario son los principales candidatos a la hora de adoptar la factura integrada

Una gran empresa puede recibir todos los meses una factura telefónica de cientos de folios, aunque lo habitual es enviar las sumas totales en una página y los detalles en un CD acompañado de un programa que permite analizar los costes por tiempo, secciones, etcétera. Otra alternativa es consultar estos datos en Internet, a través del portal del operador. En algunos lugares, como en los países nórdicos, disponer de la factura en papel es un lujo que se cobra aparte.

Desde hace un par de años, el sector de telecomunicaciones aboga por el concepto de factura única, refrendado por la Asociación de Empresas Operadoras y de Servicios de Telecomunicaciones (Astel).

Generar este documento integrado exige 'una tecnología muy flexible que permita representar cualquier tipo de producto, paquetes de ofertas o plan comercial, para lanzar después los procesos de tasación, facturación y cobro a partir de toda esta información', comenta Raúl Fernández, director técnico de Dycsa, compañía española especializada en el desarrollo de sistemas de facturación para telecomunicaciones que nombra entre sus clientes a Telefónica Móviles, Uni2, France Telecom España y Mobipay.

Ahora bien, la factura única pone en un platillo de la balanza la mayor sencillez que aportaría al usuario y una gestión más rápida para el operador. Pero en el otro platillo un coste que las compañías no están dispuestas a afrontar: 'Requiere inversiones muy elevadas y en estos momentos las empresas están más pendientes de otros problemas relacionados con su negocio', asegura Rafael Martínez, socio director del grupo Delaware, firma española de servicios de consultoría de telecomunicaciones.

'A corto plazo, la factura única no va a ser posible', añade Néstor Muñoz, director comercial de Marea2, especializada en consultoría y desarrollo de programas, 'aunque existen fabricantes de aplicaciones de facturación e intereses empresariales para que se pueda encontrar una solución definitiva y a gusto de todos'.

En esta época de vacas flacas, los clientes se limitan a amortizar sus inversiones. 'Muchas pymes del entorno de telecomunicaciones han comprado programas estándar de facturación en época de bonanza, pero no logran amortizar la inversión ni aprovechar todas sus capacidades', comenta el responsable de Delaware. La solución tampoco se vislumbra a corto plazo: 'Dudamos de que 2003 sea un año de recuperación', admite Martínez.

Los nuevos servicios de telecomunicaciones, como la televisión digital o la telefonía de tercera generación (UMTS), tampoco servirán, al menos a corto plazo por el retraso en su implantación, para revitalizar el mercado de los programas informáticos de facturación, aunque los fabricantes confían en que la homogeneización de plataformas y servicios sea uno de los detonantes del negocio en el futuro.

Las grandes multinacionales de software especializadas en facturación así lo esperan. Empresas como Geneva, Kingston, BillingHosts y SchlumbergerSema, obviando la crisis, han visto en España una oportunidad de negocio.

La factura única es uno de los asuntos que contemplará la Ley General de Telecomunicaciones, cuya aprobación está prevista para el mes de febrero, según las últimas estimaciones del Ministerio de Ciencia y Tecnología. De cumplirse, la publicación de esta normativa tendrá lugar en esta legislatura, coincidiendo con la Ley de Firma Electrónica.

Por su parte, Telefónica ha lanzado el servicio Fórmula e-factura para que sus usuarios puedan consultar, descargar e imprimir su factura de teléfono desde Internet. El resultado tiene la misma validez legal que la tradicional factura impresa y facilita el almacenamiento y consulta de los recibos, garantizando la confidencialidad de los datos. Una vez contratado el servicio a través de la página web de la operadora, el cliente deja de recibir su factura por correo postal.

Los clientes corporativos pueden recibir, además de la información sobre sus líneas básicas y RDSI, el histórico de facturas, servicios de datos, Red Privada Virtual, Red Inteligente y Bono Empresas.

Nuevos nichos

Pero el negocio a corto plazo del software especializado en facturación no sólo tiene la esperanza puesta en la factura única. Además de la agilización de los pagos internacionales y la gestión de pedidos o inventarios a través de ordenadores de bolsillo, los centros virtuales de comercio electrónico y la factura electrónica pueden convertirse en negocio en los próximos años. 'La factura electrónica permitirá a la pyme un modelo de gestión abierto, flexible, seguro, de fácil instalación e integrado con el software de gestión', augura Miguel Ángel Gutiérrez, jefe de producto de SP FacturaPlus. 'Este nuevo formato, que cuenta cada vez con más respaldos, propiciará que las pymes sean más competitivas a escala internacional', declara Gutiérrez.

Los resultados económicos del Grupo SP, fabricante de Factura Plus, se beneficiaron de la actualización al euro en las pymes españolas y, 'a pesar de la crisis generalizada del sector, la evolución ha sido buena y prevemos una facturación de 48 millones de euros', concluye Gutiérrez.

Para el director general de Datisa, Ignacio Pomar, el reto está en 'lograr una normativa universal que facilite la comunicación entre los sistemas informáticos, automatizando las tareas de gestión no sólo dentro de la empresa, sino entre distintas firmas'. Pomar confía en que la nueva normativa que se prepara en Europa 'contribuirá a fomentar el negocio porque en las transacciones internacionales, incluso dentro de la UE, sigue habiendo aduanas financieras que se podrían salvar unificando el lenguaje de facturación'.

A cada tipo de empresa, su facturación

La segmentación de la clientela es uno de los obstáculos con los que tienen que enfrentarse los productores de programas informáticos dedicados a la facturación. Las necesidades a la hora de expender facturas de un pequeño comercio no tienen nada que ver con las de un hipermercado.Mientras la escasez de recursos hace que las pequeñas entidades se decanten por productos comerciales de bajo coste, como Microsoft Excell o programas estándar de distintos fabricantes con el apéndice plus; cuando la complejidad aumenta (volumen de clientes, gestión de pedidos, diversidad de productos y servicios o de forma de cobrar los mismos), la facturación forma parte de la gestión empresarial y queda unida a la contabilidad o la gestión de pedidos, en los denominados paquetes de gestión integrada. Con una vida estimada en menos de una década, estas soluciones deben ser lo bastante flexibles como para adaptarse a las necesidades que vayan surgiendo en la compañía.

Pasos hacia el documento electrónico

La factura es el único trámite de la compra electrónica que sigue realizándose en papel. Sin embargo, una factura electrónica tiene la misma validez. Además, tiene las ventajas de simplificación, archivo de documentos y ahorro económico, con un coste de 1,40 euros del extracto en papel frente a 0,48 en formato electrónico, según la Comisión Europea. La directiva 2001//CE señala que los miembros de la UE deben hacer posible este modelo en 2004. Para emitir, recibir y conservar los extractos, que no necesitan ir firmados, se debe garantizar la autenticidad del origen y la integridad del contenido, siendo idénticos los datos emitidos y recibidos. Esto, que puede parecer sencillo, se complica en la realidad empresarial española, donde se enfrentan distintos formatos de facturación y de comunicaciones, desembocando en una escasa implantación. Su uso está por el momento restringido al entorno de las plataformas EDI (intercambio electrónico de datos) y en las organizaciones avanzadas respecto a la firma electrónica.

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