El difícil reciclaje del fuel del 'Prestige'
Propios y extraños acuden a la localidad coruñesa de Laracha para observar el tratamiento que recibe el fuel que recogen los voluntarios en las playas y los militares y marineros en las zonas más escarpadas. Allí, el grupo PMA, que dirige el empresario Epifanio Campos, tiene la fábrica Cerámica Campos. El chapapote manchado de arena se introduce en sus hornos, a 1.300 grados, y se le añade arcilla para poder inertizarlo. Así se consigue una especie de ladrillos, que se pueden utilizar como material de relleno en la construcción de carreteras.
El grupo PMA almacena el chapapote que se recoge en la costa en una balsa con una capacidad de 4.000 metros cúbicos que se construyó en 72 horas, del 7 al 9 de diciembre, en sus instalaciones para recoger el fruto de la primera marea negra del Prestige.
Natalia Crespo, jefa del servicio de calidad ambiental de la Xunta de Galicia, asegura que 'al mismo tiempo' se construyeron otras dos balsas en las instalaciones de otro gestor autorizado para tratar residuos industriales peligrosos, Sogarisa, en As Somozas (A Coruña). Tienen una capacidad, respectivamente, de 30.000 y 7.000 metros cúbicos.
Sogarisa es una empresa privada, que pertenece al grupo Cespa, Macovit, Protección Medioambiental, y que cuenta con una participación de la Xunta del 10% en su capital social. Esta empresa se encarga de separar los residuos de materiales plásticos con los que aparece mezclado el chapapote (guantes, mascarillas, utensilios de limpieza e incluso trajes) para destinarlos a vertedero. Estos plásticos 'están demasiado manchados de fuel para poder reciclarlos', explica Natalia Crespo.
Esta experta asegura que la construcción de estas balsas para almacenar el fuel requiere que sean terrenos arcillosos, de nula o escasa permeabilidad, por lo que han aceptado el ofrecimiento de Unión Fenosa para almacenar otros 40.000 metros cúbicos de chapapote en dos balsas que tiene en la localidad coruñesa de Meirama. La eléctrica prevé duplicar su capacidad de almacenamiento actual con la construcción de otras dos balsas.
Pero, incluso controlado en las balsas, este fuel supone un serio problema ambiental. 'La experiencia del Mar Egeo (que encalló en A Coruña en 1992) nos permitió aprender a reutilizar el fuel mezclado con arena, pero no con plásticos o con agua de mar', explica Natalia Crespo.
Fuel emulsionado
Hasta el momento, nadie sabe cómo reutilizar todo el fuel que se recoge en el mar, que supone dos tercios de las 15.531 toneladas recogidas hasta ahora. Crespo explica que su viscosidad se debe a que 'con el tiempo, los compuestos más pesados del fuel se han emulsionado con el agua del mar, que tiene mucho cloruro sódico, y con las algas'.
Los barcos de descontaminación decantan el contenido de agua del fuel antes de que lo recojan para almacenarlo los siete gestores autorizados en Galicia: PMA, Sogarisa, el grupo gallego de reciclado de aceites Portvigo, las madereras Finsa y Forestal del Atlántico, la refinería Repsol y Unión Fenosa. En el País Vasco, se lleva a la refinería de Petronor.
Hasta ahora, sólo las dos refinerías, primero Repsol y, desde la semana pasada, Petronor, se han atrevido a reutilizar pequeñas cantidades del fuel recogido en el mar, después de pasar por sendas plantas de pretratamiento en los puertos de A Coruña y Bilbao. En ellas, se recalienta a más de 50 grados, se mezcla con nafta o gasóleo y se le somete a laboriosos procesos para desbastarlo.
Unión Fenosa ofrece sus instalaciones térmicas para quemar el chapapote. Ante las protestas de la organización ecologista Greenpeace, un portavoz de la empresa precisó: 'Cuando el comité científico decida el mejor método para eliminarlo, procederemos a ello, sea cual sea'.