Uniland sale de Bolsa al carecer de proyectos de inversión a largo plazo
La carencia de inversiones de calado previstas a largo plazo fue la principal razón que los directivos de Uniland Cementera argumentaron en la pasada junta de accionistas del día 20 para plantear la exclusión de la cotización de las Bolsas de Madrid y Barcelona. Según la presentación remitida a la CNMV, 'el incremento de la solvencia de la compañía mediante generación de caja y la ausencia de grandes proyectos de inversión no han requerido captación adicional de capital'.
El consejo de administración de la cementera propiedad de las familias Rumeu y Fradera basó su informe en la penalización que ha sufrido la cotización de sus títulos en los últimos meses por su reducido tamaño y su escasa diversificación geográfica. En este sentido, presentó una comparación de la liquidez de las empresas del sector en la que se observa que la rotación del capital de Uniland en las últimas 240 sesiones es del 3,6%, mientras que Cementos Portland, una compañía que duplica el tamaño de Uniland, cuenta con una rotación del 9,8%, casi el triple que la cementera catalana. La relación se dispara en comparación con las grandes multinacionales del sector.
El último gran proyecto de crecimiento de Uniland Cementera se remonta a 1998, cuando se adjudicó en concurso la sociedad estatal tunecina Ciments d'Enfidha, en competencia con Lafarge-Asland. La adquisición se cerró por 132,22 millones de euros, a los que añadió otros 120,20 millones para modernizar las instalaciones y ampliar la capacidad inicial de un millón de toneladas anuales. Durante el mismo año, la empresa compró Hormigones del Penedés (Horpen) por 16,83 millones.
La compañía cementera ha emprendido más recientemente un plan de adecuación medioambiental, con un presupuesto de 24 millones para 2003. Esta cantidad se destinará a reducir las emisiones de la planta de Vallcarca (Barcelona) para conseguir la ISO 14001. El beneficio neto de Uniland alcanzó los 37,9 millones en el tercer trimestre de este año.