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Guillermo Perry

'Hace falta un compromiso mayor de los países ricos con Latinoamérica'

La crisis que ha padecido América Latina en los dos últimos años 'ya ha pasado'. Así lo considera el economista jefe del Banco Mundial para América Latina, el colombiano Guillermo Perry. El analista prevé que el crecimiento regional será del 2% en 2003. No obstante, la evolución de la economía mundial, de los mercados financieros y de las políticas internas marcará la recuperación. Perry reclama a los países industrializados 'responsabilidad y compromiso' con unos países que 'atendieron su llamada a la liberalización'. De esta manera, el alto cargo del organismo financiero internacional se suma a las crecientes críticas formuladas en los últimos dos años por buena parte de los dirigentes políticos y empresarios de los países de la región.

América Latina cierra el año con una contracción económica del 0,5%. ¿Cree que la situación será mejor en 2003?

El peor momento ya ha pasado. América Latina y el Caribe pueden alcanzar en 2003 un crecimiento del 2%. Sin embargo, esas expectativas dependerán de tres factores: la situación del mercado financiero internacional, la evolución de la economía mundial y las políticas domésticas. Hay muchos riesgos de que la situación se revierta, pero ahora mismo la percepción de riesgo ha bajado. Los índices de riesgo-país la prima de los intereses de los bonos nacionales sobre los de Estados Unidos se están reduciendo en todos los países hasta niveles razonables y los capitales vuelven a estos mercados.

Esa mejoría, ¿también se extiende a Argentina?

En el caso de Argentina hay indicios claros de recuperación, aunque es modesta. No hay que olvidar que el punto de partida es muy bajo, es una situación muy complicada. La consolidación de esas perspectivas dependerá del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y de que el resultado de las elecciones de abril sea positivo, en el sentido de que derive en la consolidación de unas políticas adecuadas. La mejora de Argentina es muy importante para Uruguay, Paraguay y Bolivia, que son los que más se han visto afectados por la situación en Argentina.

¿Y cómo observa el futuro económico de Brasil?

A diferencia de los temores de hace un mes, la impresión es que el nuevo Gobierno implementará políticas fiscales y macroeconómicas sólidas. La aceptación por los mercados de esas políticas permitirá un crecimiento del 2% para 2003. Aunque, naturalmente, hay riesgos. Sin embargo, quiero transmitir desde el Banco Mundial que apoyamos de forma muy clara al presidente electo, Luiz Inácio Lula da Silva.

¿Qué países son los mejor preparados para 2003?

Esperamos una recuperación muy sólida de Chile, con un crecimiento que perfectamente podrá ser del orden del 2,5% al 3%. La situación macroeconómica del país es muy buena y tiene una gran competitividad, que le ha permitido escapar del contagio de sus vecinos. Perú también experimenta una recuperación muy sólida, con un crecimiento que puede ser fácilmente del 4%. Tengo mucha confianza en Perú. Ecuador podrá alcanzar el 3,5%, siempre que los anuncios del nuevo Gobierno sean positivos. Por último, Colombia ha cogido decididamente el toro por los cuernos y lo está haciendo claramente bien. Preveo un alza del 2,5%.

Una de las mayores preocupaciones para los países latinoamericanos es la caída de los flujos financieros, ¿la situación se mantendrá en 2003?

El problema de los flujos financieros comenzó en 1998, con la crisis de Rusia. Desde entonces, los flujos de capitales son más bajos y volátiles. Es imposible que esos flujos puedan volver a corto plazo a los niveles de 1997. La parte positiva es que los países sufren menos, porque han hecho un importante ajuste que ha permitido una fuerte reducción del déficit por cuenta corriente.

¿Qué papel juegan los países industrializados en esta mala coyuntura de flujos de capital?

La responsabilidad es muy grave. Está claro que los países industrializados no han estado a la altura de la liberalización que han exigido a los países más pobres. Sería lamentable que unos países que han acudido a la llamada del proceso de integración financiera tuvieran que cerrar ahora su cuenta de capital. Aquí, la responsabilidad de las economías más fuertes es muy grande. Lo hemos visto en el campo comercial y lo vemos también en el deficiente funcionamiento del mercado financiero. Hace falta un mayor compromiso con los países en desarrollo.

¿Una situación complicada podría derivar en una suspensión de pagos?

No creo que se llegue a una suspensión de pagos en ninguno de los países. Todos los indicadores están volviendo a su cauce. Los diferenciales de riesgo-país son sostenibles. La deuda está controlada. El peligro sería una reacción muy negativa del mercado. Las reacciones del mercado son a veces excesivas y desestabilizadoras.

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