El euro se revaloriza un 17,5% en el año ante la incertidumbre internacional
Ya nadie parece albergar ninguna duda sobre la carrera alcista de la moneda europea. Tras haber superado levemente la barrera de los 1,04 dólares por unidad, su máximo valor desde noviembre de 1999, los analistas estiman que el euro seguirá subiendo a lo largo del año próximo.
La principal razón, según los expertos del mercado, es el temor a una intervención militar de Estados Unidos y de la OTAN en Irak, en el curso de los próximos dos meses, así como la escalada verbal entre Washington y el régimen comunista de Corea del Norte. Este último conflicto, latente desde hace años, estalló esta semana luego de que Pyonyang amenazara al Gobierno estadounidense con responder cualquier ataque con 'bombas humanas' y una velada amenaza de hacer uso de armas atómicas.
Aunque el secretario de Defensa norteamericano, Donald Rumsfeld, respondió duramente a Corea al afirmar que su país podría sostener dos conflictos militares de envergadura al mismo tiempo, los mercados han recibido estas declaraciones con temor. El desplome del dólar se ha transformado así en una constante de las últimas semanas, agudizando la situación de volatilidad de los mercados monetarios. A pesar de las dificultades que atraviesa la economía mundial en los dos últimos años, la inestabilidad de los mercados de divisas no se había profundizado hasta las últimas semanas, durante las cuales el euro ha sacado ventajas del debilitamiento del dólar.
La moneda única marcha camino de convertirse en un elemento de refugio de los inversores internacionales, temerosos de que una guerra contra Irak retrase aún más la recuperación de la economía estadounidense. Esta es la razón fundamental, pero de coyuntura, de que Estados Unidos y el dólar dejen de ser un puerto seguro para los capitales. Pero a la cuestión del posible conflicto bélico en Oriente Próximo, se sumó en los últimos días la peligrosa guerra verbal entre Washington y Corea del Norte, potenciando aún más este elemento político de la incertidumbre económica.
Dólar y déficit corriente
Sin embargo, este factor posiblemente no hubiese generado una caída tan marcada del dólar sin mediar elementos económicos más de fondo y de largo alcance. Bien mirado, hace un año la compra de un euro costaba 0,8855 dólares, en tanto que ayer para adquirir un euro hacía falta 1,04 dólares. Es que el aumento del déficit por cuenta corriente de Estados Unidos ha estado en la base de esta depreciación de su moneda a lo largo de 2002. En el curso de este año, el déficit ha crecido hasta totalizar 450.000 millones de dólares, una cifra equivalente al 5% del PIB norteamericano.
Por otra lado, la divisa europea ha recibido también un impulso del diferencial de los tipos de interés entre EE UU y la zona euro, que han hecho más atractivas las inversiones en los 12 países que comparten la moneda única y ha favorecido su cotización. La mayoría de los expertos considera que el euro mantendrá su tendencia alcista el año próximo, pero no tanto por el aumento en la confianza en las economías europeas como por el mayor debilitamiento del dólar y de la economía de Estados Unidos. Un analista del Deutsche Bank dijo ayer que el euro alcanzará los 1,09 dólares a finales de 2003.
Sin embargo, otros expertos consideran que el estallido de una guerra en Irak podría desatar una subida muy importante del euro y del oro de manera inmediata y, aún más si la guerra se extiende en el tiempo. Ayer, el oro llegó a cotizar por encima de los 350 dólares por onza, aunque cerró a 349,5 dólares. Sin embargo, el metal precioso se ha valorizado en casi 14 dólares por onza en las últimas dos semanas, poniendo de manifiesto la búsqueda de refugios por porte de los inversores que han comenzado a huir del dólar. 'La perspectiva para el metal es positiva, con un dólar debilitándose y con la creciente preocupación por las situación en Irak y en Corea del Norte', dijo un analista. En el último año, el precio de la onza de oro creció un 26%. Los fondos de inversión denominados en este metal precioso fueron los únicos en rendir beneficios crecientes en medio de la caída generalizada de los fondos de acciones bursátiles.