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Divisas

Los expertos prevén una notable inestabilidad cambiaria en 2003

La depreciación del dólar en los últimos meses y el giro en la política de tipo de cambio de la Administración estadounidense se han convertido, según los analistas, en una de las principales consecuencias del actual momento de desaceleración e incertidumbre que atraviesa la economía mundial.

Para Goldman Sachs, el cambio en la política del dólar fuerte quedó patente en junio cuando el presidente de EE UU, George Bush, aseguró que 'el valor del dólar lo marcarán los mercados y estará basado en la capacidad de gasto de nuestro país, en la recuperación y la vitalidad de nuestra base industrial'.

Jim O'Neill, analista de la firma, sostiene que el nuevo equipo económico de EE UU ha renovado esa política al asegurar que 'la actual política de impulso del crecimiento es una de las mejores políticas para ayudar a crear un dólar fuerte', según el comunicado emitido la semana pasada por la Casa Blanca. A juicio del experto, eso supone que el plan de la Administración es dejar que el dólar se aprecie si la economía mejora y dejar que la divisa se debilite si el crecimiento sigue débil y la industria no logra remontar el actual bache. Morgan Stanley y Lehman Brothers comparten esta interpretación.

Dólar débil

Si tenemos en cuenta que las perspectivas económicas para EE UU en 2003 no resultan muy alentadoras bajo una hipótesis de un conflicto bélico, la apuesta coincidente de los expertos es que la debilidad del dólar se intensificará en 2003.

Esos movimientos de tipos de cambio redistribuirán el crecimiento a nivel mundial, a favor de EE UU, sostiene Lehman Brothers. John Llewellyn, analista de la firma en Londres, prevé una apreciación del yen para finales de 2003 hasta alcanzar las 120 unidades por dólar, tras una ligera depreciación a principios de año, y una cotización de 1,1 dólares por euro a finales del ejercicio. El viernes, el dólar cotizó a 120,67 yenes y a 1,025 unidades por euro.

De esa forma, según Llewellyn, EE UU podrá estimular sus exportaciones y contribuir a limitar el alza en el déficit por cuenta corriente. Por contra, un euro más fuerte reducirá las exportaciones europeas y reducirá el PIB de la zona en medio punto. 'Esto llevará al Banco Central Europeo (BCE) a rebajar más los tipos de interés', sostiene.

El economista jefe de Morgan Stanley, Stephen Roach, introduce la amenaza de deflación que afrontan las principales economías (EE UU, Japón, Alemania...) como argumento para justificar el riesgo de una batería de devaluaciones competitivas y realineamientos en 2003.

Aunque Roach también reconoce que es 'matemáticamente imposible que las principales economías apuesten por la devaluación como táctica para combatir la deflación'.

Desequilibrios crecientes

Desde hace años, el creciente déficit por cuenta corriente de EE UU (que cerrará el año cerca del 5% del PIB, según los analistas) ha llevado a los expertos a predecir una fuerte caída del dólar sin que sus pronósticos se hayan cumplido. Pero un factor decisivo para apuntalar de nuevo esta tesis en 2003 es la prevista caída de los superávit por cuenta corriente en Asia, la región que de lejos más capital aporta a EE UU.

Así las cosas, ello llevaría a una drástica depreciación del dólar que Roach, sin embargo, descarta. En buena medida, porque el yuan chino está anclado al dólar, lo que implica que un desplome del dólar equivaldría a un desplome del yuan, que dispararía las exportaciones chinas e incrementaría las presiones deflacionistas sobre la economía mundial.

En estas condiciones, a su juicio, el aterrizaje de la divisa estadounidense será suave y progresivo y el dólar perderá un 15% de su valor actual en los próximos dos años.

En un entorno de conflicto bélico, terrorismo global y desaceleración económica, el mercado cambiario será a juicio de los analistas el próximo test que afrontará el propio proceso de globalización en 2003.

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