La disparidad de las propuestas agrícolas dificulta el calendario de la Ronda de Doha
Las propuestas presentadas por los países de la Organización Mundial del Comercio (OMC) para la liberalización del sector agrícola son tan distantes y diversas que el calendario fijado en Doha para cerrar un acuerdo sobre este punto corre serio riesgo de incumplirse. El acuerdo de Doha establece que en marzo de 2003 debe estar cerrado un acuerdo agrícola para que las negociaciones del resto de la ronda puedan acabar en diciembre de 2004.
El presidente del grupo de trabajo sobre agricultura, Stuart Harbinson, asegura que las diferencias son sobre 'aspectos fundamentales del programa de reforma'.
Las principales divergencias se dan entre el grupo de Cairns (exportadores agrícolas netos), que abogan por la abolición de los subsidios, y los países más proteccionistas de su agricultura, como la UE, Suiza, Noruega o Corea del Sur.
Los países latinoamericanos critican la falta de ambición de las propuestas europeas, mientras Bruselas critica el carácter maximalista de las que han presentado los productores y Estados Unidos.
Harbinson afirma, además, que algunos han ofrecido posibles fórmulas de liberalización en las tres áreas que se negocian (acceso a mercados, subsidios a la exportación y apoyos internos al sector), mientras que otros no han puesto ni siquiera cifras a sus contra propuestas.
Las disparidades no se centran sólo entre países ricos y pobres, sino también entre los países en desarrollo, que cuestionan quiénes entre ellos deben beneficiarse de un trato especial y bajo qué condiciones.
Así las cosas, las denominadas 'preocupaciones no comerciales', como la seguridad alimentaria, la reducción de la pobreza, la protección del medio ambiente o el llamado bienestar animal, parecen tener difícil encaje en las negociaciones, lo que amenaza con que queden fuera de la ronda.
Asimismo, muchos países exigen que las concesiones que ofrecen en materia agrícola se compensen en otros sectores, como servicios.