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Observatorio en la red
Columna
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2002, un año difícil para el sector de las 'telecos' (I)

El año 2002 ha sido muy difícil para el sector de las telecomunicaciones. Su evolución ha estado muy condicionada por la situación económica, que ha sido de bajo crecimiento tanto en Estados Unidos como en Europa y Japón, y con escasas posibilidades de mejora a corto plazo.

Pero el sector de las telecomunicaciones ha estado condicionado, además, por el enorme endeudamiento de las empresas, mucho más elevado que el de las compañías de otros sectores, lo que las ha obligado a lo largo de estos últimos 12 meses a realizar fuertes ajustes de gastos, especialmente en personal, que ha llevado a reducciones de empleo en más de 600.000 personas y también a reducir inversiones.

Las líneas fijas han crecido en el mundo al 6%, siendo Asia el área de mayor crecimiento, y los móviles se incrementaron al 20%, crecimiento inferior al de años anteriores, que fue del 51% en 2000 y del 27% en 2001. En estos meses el número de móviles va a superar a las líneas fijas a nivel mundial, situación que se produjo en España en el año 2000. El conjunto de conexiones, fijas y móviles, se estima en 2.225 millones, cuando en 1990 sólo alcanzaba 530 millones. La explosión se debe a los móviles.

En España, el crecimiento de las líneas fijas ha sido del 1%, sumando las de Telefónica y las de los cableoperadores, que alcanzan ya más del millón de conexiones. Y el crecimiento de los móviles ha sido del 13%, con un ARPU medio de 30 euros al mes y una proporción de los ingresos por mensajes cortos SMS que alcanza ya el 15%, cuando la del mítico i-mode japonés, tomado como referencia, representa el 20%.

Las operadoras de telecomunicaciones fijas, tanto en EE UU como en los países de la UE, han tenido malos resultados económicos y el volumen de bancarrotas ha superado con mucho el de otros sectores, y todos los segmentos: operadoras alternativas, de larga distancia, los CLEC, cables submarinos, etcétera, tienen una situación económica muy deteriorada derivada de las fuertes bajadas de precios y de los elevados endeudamientos, y únicamente las operadoras tradicionales se mantenían a flote.

Pero a lo largo de este año las operadoras locales de EE UU han comenzado a tener dificultades, y algunas de las grandes europeas, como Deutsche Telekom o France Télécom, si no hubieran tenido el respaldo de sus respectivos Estados, estarían en estos momentos en suspensión de pagos. Aunque las que primero llevaron a cabo el ajuste, como BT o Telefónica, es probable que salgan más rápido de la crisis.

La mala situación económica también ha provocado que se hayan producido muchos cambios en la dirección de las operadoras. La lista de presidentes dimitidos es muy amplia y son pocos los que permanecen. Y alguna suspensión de pagos, como la de Worldcom, extendió la desconfianza de los inversores al conjunto del sector.

El epicentro de las telecomunicaciones se ha trasladado hacia el área Asia-Pacífico, lo que es normal teniendo en cuenta que concentra algo más del 50% de la población del mundo; pero resulta sorprendente la rapidez con la que se está realizando el desarrollo de las telecomunicaciones en esa zona geográfica. El crecimiento de nuevos suscriptores de móviles en China ha sido de 60 millones, casi un tercio del crecimiento mundial, y Corea tiene más conexiones de banda ancha (10 millones) que toda la UE, con siete millones.

Esto último es preocupante por cuanto los políticos y reguladores europeos, y también los de EE UU, habían dado prioridad absoluta al despliegue de la banda ancha y los resultados están siendo muy pobres. Ello ha hecho que en EE UU se estén replanteando los anteriores esquemas de regulación, mientras que los reguladores de Bruselas, en su último informe, siguen sosteniendo lo bien que va el sector. Las directrices e informes de la Comisión Europea en materia de telecomunicaciones forman parte, en el mejor de los casos, del surrealismo.

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