Cabernet sauvignon, en primera línea
Sus orígenes. Sin duda es la uva que ha hecho famosa la prestigiosa zona vinícola de Burdeos, en especial el Médoc, y todos los indicios apuntan a que allí se encuentra su origen, empezando a ser conocida hacia finales del siglo XVIII y principios del XIX. Según los últimos estudios, proviene de las variedades cabernet franc y sauvignon.
Su historia. Las primeras cepas de cabernet sauvignon que llegan a España lo hacen de la mano de Camilo Hurtado de Amézaga, marqués de Riscal, seguido de Eloy Lecanda, en Vega Sicilia. Pero los varietales elaborados con esta uva no se popularizarán en nuestro país, empezando a elaborarse en Cataluña al estilo californiano por la Bodega de Jean León.
Su localización. Sin duda es la uva más internacional, extendida por todo el viñedo del planeta. Aunque en otras zonas difícilmente alcanza el prestigio que tiene en la legendaria región bordelesa de Médoc, se cultiva con éxito en España, sobre todo en Cataluña, Aragón, Navarra y Castilla y León. Triunfa también en otras zonas francesas como Bergerac o Loira, en Italia, en Europa del Este, en California y en Chile. Ha sido bien acogida por las tierras de Australia y Nueva Zelanda, donde las viñas todavía son jóvenes para manifestar toda su potencia.
La cepa. La cabernet sauvignon tiene una maduración tardía y un racimo de granos apretados, esféricos, de gruesa piel y de oscuro color. Se adapta sin problemas sobre suelos pobres en zonas templadas, destacando los suelos de grava de Médoc. La producción por cepa no es abundante y la cantidad de mosto es pequeña debido al importante volumen de hollejo. Estas características permiten un mejor envejecimiento tanto en barrica como en botella.
El vino. Siempre genera vinos de color intenso, con ribete marcado sobre su color rojo sombrío que deriva hacia tonos ladrillos con el tiempo. Sus aromas son muy característicos, de fácil reconocimiento en cata. Nos recuerda a las grosellas en su juventud, adquiriendo notas de pimiento verde y cedro cuando se cultiva en zonas excesivamente cálidas. Evoluciona magníficamente en roble, armonizando con maestría los tonos de la madera con los aromas afrutados de la uva. Su sabor es concentrado, con tacto tánico.
Maridaje. Esta uva tinta acompaña con placer platos de caza menor y mayor, especialmente cuando hablamos de vinos con crianza en roble.