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Análisis de productos

Un jamón con poco interés

Las remuneraciones en especie tienen el mismo tratamiento fiscal que los intereses financieros, por lo que para determinados tipos impositivos la rentabilidad financiero-fiscal de estos productos se ve muy reducida

A

l igual que la semana pasada analizábamos las remuneraciones en forma de regalos o de dinero por aportaciones a planes de pensiones, hoy nos detenemos en otros de los productos de la temporada: los depósitos cuyo pago de intereses se sustituye en todo o en parte por un pago en especie (DVD, vajillas, cuberterías, motos..).

No cabe duda de que los depósitos son uno de los productos gancho que por excelencia utilizan las entidades financieras para atraer o retener clientes. Si a esto unimos la mala evolución de los mercados financieros en los últimos años, la combinación es perfecta, pues estos productos permiten ofrecer en la mayoría de los casos una rentabilidad concreta.

La alternativa de retribución al cliente en especie es ya antigua en nuestro mercado, si bien en la mayoría de las ofertas publicitarias se disfraza como un regalo. El primero que descubrió el filón fue el BBV con su famoso Libretón y desde entonces las entidades financieras han regalado casi de todo, pero lo cierto es que el Banco Santander ha puesto la guinda con su Depósito SuperNavidad donde parte de la remuneración se convierte en el producto más preciado de cualquier cesta navideña: el jamón de pata negra, siempre que se depositen más de 10.000 euros por 12 meses. En los casos en los que se opte por 9.000 euros y seis meses, se reduce la calidad del jamón y, por tanto, la rentabilidad del producto, pasando de jamón de pata negra a paletilla ibérica. La campaña dura hasta el 5 enero, víspera de Reyes y El Corte Inglés lo entregará en un plazo no superior a 72 horas.

La retribución de los intereses de los depósitos en especie, aunque se vistan en forma de regalo, no es tal, está debidamente regulada y sujeta a impuestos. El coste de mercado del regalo en euros es el que sirve de base para calcular el TAE que ofrece la entidad. En ocasiones, la remuneración es mixta, regalo más el tipo de interés, como el ofertado hace unos meses por el BBVA de un DVD. Para calcular el valor de mercado para el cliente la entidad debe sumar al precio de coste un 20%.

Para calcular la valoración de mercado que está suponiendo la entidad al producto de que se trate basta con aplicar el TAE asociado al depósito a la aportación mínima en base anual.

Por ejemplo:

El TAE del jamón es del 1,6% = 10.000 euros x 1,6% = 160 euros por pieza.

EL TAE del DVD (BBVA) es de 2,11% = 10.000 x 2,11% = 211 euros DVD Sony.

¿Esto qué significa? Pues que se debería comparar si el valor estimado de mercado que calcula la entidad es similar o superior a lo que costaría adquirir cada uno de estos productos en sus correspondientes puntos de venta. De no ser así la remuneración en especie nos está constando cara, sin olvidar que tenemos que tributar por ello incrementando la parte general de la base imponible. Por ejemplo, hacer el ejercicio con los DVD que regalan las distintas entidades es muy sencillo y sin salir de casa, a través de Internet uno se puede hacer una idea muy aproximada de los precios de mercado. Invitamos al lector a que haga la prueba y saque sus propias conclusiones.

En el caso del Depósito SuperNavidad del Banco Santander el análisis resulta más complejo, ya que se ha combinado la retribución en especie con un depósito estructurado. Aunque el capital inicial está garantizado, el pago del cupón a vencimiento depende de la evolución del cambio euro/dólar, la evolución del euribor a tres meses, el precio del oro y el del petróleo, dentro de unos rangos de fluctuación fijados por la entidad. La complejidad de este índice de referencia al integrarlo activos de referencia tan dispares (euribor, oro, euro, dólar y petróleo) hace que su comportamiento a lo largo de los próximos 12 meses sea poco predecible y por ello hemos considerado el mejor y el peor de los escenarios en términos de TAE, según se comporte dicho índice de referencia.

Fiscalidad de estas remuneraciones

Las remuneraciones en especie tienen el mismo tratamiento fiscal que si de intereses financieros se tratasen, ya que, en definitiva, aquéllos son sustitutivos de éstos. Se trata, por tanto, de rendimientos del capital mobiliario con retención del 18% sobre el valor monetario de mercado equivalente fijado por la entidad. Este valor de mercado con independencia de su periodo de generación se integra en la parte general de la base imponible, siendo la entidad la que comunica al depositante el valor de la remuneración en especie de que se trate y su consideración como rendimiento a cuenta. La entidad deberá realizar el ingreso a cuenta del 18% sobre el valor de mercado (coste +20%).

Por otro lado recordar que los rendimientos del capital mobiliario generados por un depósito, además de estar sujetos a retención, tributan al tipo marginal del IRPF, por lo que para determinados tipos impositivos la rentabilidad financiero-fiscal de estos productos se ve muy reducida, incluso a pesar de las reducciones una vez transcurridos dos años, existiendo otras alternativas como los fondos de inversión que con igual o incluso menor rentabilidad nominal pueden resultar más ventajosos después de impuestos.

Qué hay detrás de estas promociones

En primer lugar mencionar que normalmente el ahorrador no se para a hacer las cuentas de lo que realmente le está costando el regalo tanto en términos de valor de mercado como en rentabilidad financiero-fiscal y psicológicamente tiene más sensación de regalo que de auténtica remuneración en especie. Si esto no fuese así, el éxito de muchas de estas campañas sería mucho más discreto que las cifras de captación de recursos que se publican.

Por otro lado, cuando una entidad remunera al ahorrador de esta manera, puede resultarle más barato que si tuviera que remunerar en dinero el tipo de interés correspondiente en términos de TAE, al conseguir precios muy baratos por los elevados volúmenes que compra a los fabricantes.

Lo cierto es que esta tendencia de remuneraciones en especie es cada vez más intensa entrando en una especie de bucle en el que las estrategias de lanzamiento de productos parecen diseñadas y dirigidas a satisfacer las necesidades domésticas, electrónicas o alimenticias de los clientes en lugar de las financieras.

Sería muy deseable para los ahorradores y para el mercado que las tan anunciadas estrategias de enfoque al cliente sean una realidad y que la competencia tenga que ver con el servicio al cliente, el acceso a los mejores productos, el asesoramiento y los precios razonables y no con jamones, sartenes, edredones, baterías de cocina o DVD. Para aconsejar sobre éstos ya hay otros expertos.

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