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Fondos

La Bolsa sigue poco atractiva

El porcentaje de activos bursátiles en las carteras de los fondos españoles descendió un 22% en el tercer trimestre. Los gestores confían en 2003 para volver al mercado

a crisis que sufren los mercados de valores ha hecho mella, sin lugar a dudas, en las decisiones inversoras de los gestores de fondos, cuya cautela se ha impuesto a lo largo de todo el año. Según los últimos datos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), en el último trimestre, entre junio y septiembre, el porcentaje del patrimonio invertido en acciones de compañías españolas ha descendido un 22,28%, dentro de lo cual hay que considerar la desvalorización de las carteras motivada por la caída de las Bolsas. En cualquier caso, es significativo que el porcentaje que suponen las acciones en el patrimonio de los fondos de inversión españoles ha descendido en un año del 5,01% al 4,06%.

Similar evolución ha sufrido el porcentaje de las carteras destinado a acciones de compañías extranjeras, tanto de la zona euro como internacionales. En el primer caso, en el último trimestre las acciones de empresas de la zona euro han sufrido una merma en las carteras de los gestores del 29,64%, cifra que supera incluso al descenso registrado por las acciones internacionales y que se sitúa en el 23,24%.

¿Dónde ha ido el patrimonio que ha salido de la renta variable? No ha sido desde luego la renta fija la que ha acaparado la atención de los gestores, sino los activos monetarios. El patrimonio invertido en activos líquidos como las Letras del Tesoro ha crecido en el último trimestre un 22,93%; cifra esta que se eleva al 24,44% si se toman como referencia los primeros nueve meses del año.

Es significativo, asimismo, el descenso que ha sufrido en las carteras de los fondos la inversión en activos derivados como los warrants y las opciones.

El porcentaje en la cartera interior de estos productos ha caído un 60,37% en lo que va de año (siempre hasta septiembre). La caída es del 52% en el caso de los productos derivados extranjeros.

Es destacable, sin embargo, la actitud de los gestores hacia los fondos de fondos. El patrimonio de los fondos españoles invertido en otros fondos de inversión ha crecido un 9,68% en lo que va de año y hasta un 37,59% en 12 meses.

Esta actitud de los gestores no es casual si se tiene en cuenta el mal momento que viven los mercados desde que estallara la burbuja tecnológica en marzo de 2000. La prolongada caída de los mercados de valores ha provocado una estampida de los inversores desde activos de mayor riesgo, como los de renta variable, hacia otros menos rentables, pero más seguros, como los de renta fija y los monetarios. Pese a todo, y a medida que pasa el tiempo, los gestores parecen cada vez más convencidos de que queda poco para que dé inicio la recuperación de la economía y con ella la de los beneficios empresariales y la de los mercados de valores. La última encuesta de Merrill Lynch entre gestores de todo el mundo, correspondiente al mes de diciembre, muestra un creciente optimismo entre los gestores de carteras de cara al año que viene. Según este sondeo, hasta un 67% de los gestores de todo el mundo opina que el ciclo económico será más fuerte en los próximos 12 meses, frente al 42% que opinaba lo mismo en noviembre y el 37% del mes de octubre.

No obstante, la cautela sigue siendo el sentimiento dominante en el mercado, como lo demuestra el hecho de que hasta un 70% de los encuestados considera que la mejoría de los beneficios de las compañías vendrá de la mano del recorte de costes más que del crecimiento propio de las empresas. Ello explicaría el comportamiento de los mercados en los últimos meses, sumidos en una volatilidad extrema debido, principalmente, a la falta de volumen negociado. Quiere esto decir que ni los gestores ni los inversores finales están invirtiendo en Bolsa, a la espera de que las señales de una recuperación sean más claras.

Los datos que recoge la CNMV correspondientes al tercer trimestre de 2002 reflejan el comportamiento de los gestores ante la caída de los mercados, pero también el de los inversores finales, pues al fin y al cabo en el movimiento de capitales de una familia de fondos a otra influye mucho la retirada masiva de activos por parte de los inversores de un tipo de fondo para invertirlo en otro.

La actitud del pequeño inversor en los últimos meses ha sido en muchos casos previsible. Ante la caída de los mercados, el inversor más conservador, que había optado por arriesgar un poco invirtiendo una parte de su cartera en Bolsa a través de fondos mixtos, ha decidido dar marcha atrás y destinar su inversión de nuevo a la renta fija o a fondos monetarios. Por el contrario, es significativo que los inversores más acostumbrados al riesgo, aquellos que invirtieron en renta variable pura, han mantenido en términos generales su inversión.

A la espera de que la economía dé señales de recuperación sólida, los gestores se mantienen de momento poco invertidos en Bolsa. Es cuestión de tiempo, sin embargo, que este dibujo del patrimonio de los fondos se dé la vuelta y de nuevo comience a ganar peso la renta variable. Un peso, por cierto, que aún está lejos de parecerse al de otros países europeos como Reino Unido o Alemania, donde la renta variable ocupa la mayor parte de la cartera de los inversores.

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