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Futuro
Columna
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Borrón y fondo nuevo

Los analistas prevén subidas de la Bolsa entre el 10% y el 15% en 2003. Santiago Satrústegui cree que puede haber sorpresas y destaca que para los inversores se abre un periodo de oportunidades

Metidos ya de lleno en la vorágine navideña, es inevitable mirar hacia atrás y hacer balance de lo que ha dado de sí el año que termina, a la vez que se hacen planes y buenos propósitos para el que comenzará.

En el ámbito financiero éste será el tercero, si no el cuarto, de una serie de finales de año donde el deseo mayoritario es que termine cuanto antes. La diferencia con los anteriores es que el desaliento se ha apoderado tanto de los inversores, que ya ni siquiera esperan que las circunstancias cambien el año que viene. Los analistas mientras tanto prevén subidas de la Bolsa entre el 10% y el 15%, que es el rango que se suele pronosticar cuando las cosas se ven poco claras.

A pesar de los múltiples nubarrones en forma de guerras y crisis sistémicas que nos acechan y del escepticismo generalizado, yo creo que el año próximo nos puede sorprender muy positivamente en los mercados financieros, aunque probablemente suceda lo contrario en términos de la economía real.

Para los inversores se abre un periodo de libertad y de oportunidades. Los cambios fiscales que entrarán en vigor el 1 de enero impactarán en el mercado a pesar de que de momento las principales entidades financieras del país trabajen arduamente en reducir lo que hubiera podido ser el definitivo big bang del asesoramiento financiero a una explosión controlada.

Extraña que en un mercado de servicios financieros tan competitivo como el nuestro, las entidades sigan sin ninguna propuesta que hacer a los inversores más allá de, como han hecho algunos bancos, discurrir que la mejor forma de retener a los partícipes sea incrementar las comisiones de reembolso. Puestos a importar ideas procedentes del extranjero podían haberse fijado en algo mejor que en el corralito argentino.

Y lo peor es que no será por falta de creatividad, porque tenemos para exportar. Este año hemos visto casi todo lo que se podía ver en materia de imaginería financiera y, a falta de rendimientos, los bancos se han convertido en el mayor competidor de las grandes superficies. Edredones y reproductores de música DVD están sin duda en el top manta financiero de 2002, pero si hubiese que otorgar un primer premio yo se lo daría al depósito que ofrece como parte de la rentabilidad (nunca regalo) un jamón de pata negra para las grandes inversiones y, en un alarde de segmentación de la clientela, una paletilla para los menos pudientes. Y es que, después de un jamón, el símbolo por excelencia del ablandamiento de voluntades, cualquier cosa es posible.

Afortunadamente algunos inversores que prefieren elegir, por un lado, su propia cesta de la compra y, por otro, asesorarse y gestionar sus inversiones en los productos más competitivos contarán a partir de ahora con una normativa que les permitirá ser más activos en sus decisiones y más exigentes con sus entidades.

Mi recomendación a aquellos que se encuentren en este grupo es que no dejen para febrero lo que puedan hacer en enero y que cambien esta vez el tradicional propósito de fin de año de borrón y cuenta nueva por el de borrón y fondo nuevo.

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