El lunes comienza 2003
La irrupción de los derivados en las Bolsas del mundo, ahora con un dominio absoluto de la situación ante la ausencia de inversores finales, tanto privados como institucionales, ha acarreado cambios notables que afectan, incluso, a la metodología histórica de medición del tiempo.
Tal es la transformación de los hábitos y comportamientos, tal es el enloquecimiento de los diferentes movimientos bursátiles, que el año nuevo se estrena el lunes que viene, es decir, antes del 1 de enero, que es la fecha natural. ¿Por qué? Porque para los derivados, el futuro de ese mes comienza a regir el lunes, aunque en los últimos días hayan podido efectuarse trasvases desde el vencimiento de diciembre que termina hoy y el de enero.
Son las nuevas reglas de juego. Por ello, los observadores más finos recomiendan prestar especial atención a la evolución y comportamiento de las Bolsa en las sesiones que restan para finalizar el ejercicio, porque, según éstos, anticiparán tendencias de los primeros compases de 2003. Sólo la entrada clara y contundente de dinero de inversores finales podría neutralizar esta situación y dejar las cosas en su sitio, como antaño, como siempre. De ser así, algo por lo que nadie apuesta, 2003, en términos bursátiles, comenzaría el 2 de enero y no el lunes que viene.
La sesión de hoy se presenta interesante, por tanto, desde el lado técnico. Los índices de peso de las principales Bolsas del mundo se enfrentan a la triple hora embrujada, palabro importado de Wall Street que define el final del vencimiento del futuro y de los diversos productos arropados en este hecho el tercer viernes de cada mes.
Como se ha dicho en otras, el evento tiene en la Bolsa española una duración más corta, porque es menos capitalizada. En concreto, la triple hora es media hora en España.