Rajoy culpa al capitán del buque de ordenar el cambio de rumbo
Las razones por las que el Prestige cambió de rumbo hacia el sur dos días después del accidente y la identificación de la persona que dio esa orden son algunos de los principales enigmas que justifican, en opinión del PSOE, la creación de una comisión de investigación en el Congreso. El vicepresidente primero, Mariano Rajoy, eludió ayer precisar la negativa del Gobierno a esta iniciativa porque no está totalmente descartada. En cambio, sí ofreció una versión novedosa, amparada en los documentos que Marina Mercante ha remitido al juzgado que investiga la catástrofe: el día 15 a las 3 de la madrugada fue el capitán del buque, Apostolos Maguras, quien mandó poner rumbo sur, después de dos días de ser remolcado en dirección noroeste.
Los expertos conceden a esta orden gran importancia, ya que basan en ella la magnitud de la tragedia. A partir de los vientos y las corrientes marinas que se dan en estas fechas al norte de Portugal, consideran un error haber elegido este rumbo porque tarde o temprano el barco hundido en esta zona devolvería el fuel a las costas de Galicia, Asturias y el País Vasco, como así ha sucedido.
El pasado día 10, el ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, aseguró en el Congreso que la decisión de cambiar el rumbo la tomó la empresa Smit Savage, contratada por el armador del buque para las tareas de salvamento. El día 13, Rajoy afirmó tras la rueda de prensa del Consejo de Ministros: 'El Gobierno no autorizó... es que no sé si autorizó o no el cambio de rumbo. A esa pregunta no puedo responder en este momento porque no lo sé, no estuve en ese momento en la operación'. Ayer, finalmente, mantuvo que fue el capitán del Prestige el responsable de girar hacia el sureste. La discusión que mantuvo con el portavoz socialista, Jesús Caldera, fue agria porque éste distribuyó un documento incompleto en el que consta que a las 8.30 de la mañana del 15 de noviembre, Marina Mercante insistió en que el barco girara rumbo al sur. 'Usted ha querido hundirme llamándome mentiroso. No había visto nunca una acción de tal bajeza, debería darle vergüenza y tendría que dimitir. ¡Dimita!', le gritó.
De accidente a catástrofe
Rajoy escuchó críticas de todos los partidos de oposición, incluida CiU y Coalición Canaria. El PSOE le acusó de convertir el accidente en una catástrofe debido a la mala gestión de la crisis y le señaló como principal responsable. 'No sé que es peor si la mentira o la incompetencia, usted es un incompetente', le espetó Caldera.
El PNV preguntó dónde se esconde el ministro del Interior, Ángel Acebes, responsable de Protección Civil. Para el nacionalista catalán López de Lerma, el Gobierno ha permanecido 'desorientado, sin mando, como el Prestige'.
Cinco asesores y el móvil escoltan al vicepresidente
Los diputados de la Comisión Constitucional no daban crédito ayer a lo que veían. Rajoy, que hizo trabajar duro a los cinco jóvenes asesores que le acompañaron en su comparecencia, no sólo empleó el teléfono móvil para solicitar papeles con los que contraargumentar a la oposición, sino que utilizó de correo al diputado del PP José Antonio Bermúdez de Castro, que no pertenece a la Mesa de la comisión. Procedimiento tan inhabitual en un compareciente obligó al presidente de la comisión, el diputado del PP Jaime Ignacio del Burgo, a advertir al vicepresidente que únicamente podía utilizar como intermediario entre él y sus asesores a los ujieres.Entre tanto papel, Rajoy confesó: 'Ahora ya tenemos un cierto orden en la forma de llevar el tema. Lo tengo ordenado... dentro de un orden'. También reconoció que al principio se vio 'desbordado'.