Las monedas también juegan
La pérdida de fuerza relativa del dólar, o si se prefiere la mejora forzada del euro por más que se empeñen algunos observadores en considerar la moneda europea como refugio, ha puesto sobre la mesa uno de los asuntos más interesantes de los últimos tiempos. Los gestores más ágiles resaltan el papel de las monedas en los procesos de inversión, máxime en tiempos de globalización extrema, que es lo que sucede ahora.
Son muchos los profesionales del mercado los que sostienen que los altos multiplicadores que ofrecen en la actualidad las Bolsas de Estados Unidos están soportados por los flujos de inversión foráneos, es decir, por la entrada de capitales al área del dólar.
Estos flujos tenían antaño un peso escaso en la renta variable, porque los gestores los colocaban en bonos del Tesoro. Muerta la política monetaria con tipos de interés en los niveles más bajos de los últimos 40 años y, además, con rendimientos negativos, los profesionales de la intermediación acomodan el dinero en acciones, con lo que el globo ha engordado más de lo esperado.
Cuando los flujos son a la inversa, lo normal es que la Bolsa empeore, que es lo que ha sucedido en los últimos días. Las monedas, por tanto, juegan un papel muy importante en el contexto bursátil actual.
No es la primera vez en lo que va de año que el dólar se debilita. A comienzo del verano se registraron episodios similares y las Bolsas lo acusaron con fuertes recortes en muy poco tiempo.
Lo deseable para los expertos es que la transición de una moneda a otra, dentro del intercambio de flujos, se haga de manera sutil, sin violencia. Los alcistas, que cada vez son menos, quieren un movimiento sin ruido. Un recorrido rápido podría provocar miedo a los participantes en el mercado.