Resurge el temor a una crisis de deuda como la de los ochenta
El default declarado por Argentina, junto con las dificultades que atraviesan otros países latinoamericanos como Brasil y Ecuador, ha despertado el temor de que la región se esté enfrentando a una nueva 'década perdida', como se bautizó la de los ochenta por su escaso crecimiento económico. Al igual que en esa década, la región se enfrenta a condiciones de financiación externa extremadamente difíciles, a fuertes salidas de capitales en cartera, a bajos precios de sus productos de exportación y a débiles crecimientos de las economías industrializadas. Cabe entonces preguntarse si este adverso contexto internacional puede desembocar, tal como hace dos décadas, en una seguidilla de defaults soberanos.
Si analizamos comparativamente una serie de indicadores de liquidez, vemos que la región está actualmente mejor posicionada para enfrentar estos frenos abruptos en la financiación externa. La deuda externa a corto plazo se ha reducido en términos del PIB desde el 7,9% en 1981 hasta el 6% en 2001. Por otra parte, en el mismo periodo, las reservas internacionales que poseen las economías latinoamericanas han crecido desde el 3,8% del PIB hasta 7,9%. Esto implica que la región tiene ahora un colchón más importante para hacer frente, con las reservas internacionales, a los pagos de la deuda externa más inmediatos.
Sin embargo, la situación desde un punto de vista de la solvencia es menos alentadora. La ratio deuda externa/PIB ha crecido desde el 30% hasta el 42%, mientras que la ratio deuda externa/exportaciones ha crecido desde el 327% hasta el 408%, situación que pone de manifiesto una menor capacidad de pago que hace 20 años desde un punto de vista de medio y largo plazo.
Otro punto relevante para el análisis son los desequilibrios macroeconómicos de estos países. En este sentido, las necesidades de ajuste son claramente menores, particularmente en lo que se refiere al déficit público, que se ha visto reducido desde el 9,5% del PIB en 1981 hasta el 3,4% en 2001. Por su parte, el déficit corriente también se contrae, aunque de forma más moderada, desde el 4,6% del PIB hasta el 3% del PIB. No obstante, pese a que las necesidades de ajuste pueden ser menores, la voluntad o capacidad de realizar este ajuste puede también ser menor fruto de una situación socio-política más delicada. Los resultados electorales en Brasil, Ecuador y Perú indican que existe una fatiga en las reformas y, en general, se ve en la región una menor voluntad social por 'ajustarse el cinturón'.
Del análisis de estos indicadores se puede desprender que desde el punto de vista de corto plazo la situación es menos crítica que en los ochenta y que las economías latinoamericanas están mejor preparadas para absorber estos shocks externos.
No obstante, si el clima de aversión al riesgo hacia la región y los bajos precios de los commodities se mantienen por un periodo prolongado, las dudas sobre la sostenibilidad de la deuda externa de gran parte de las economías latinoamericanas aumentarán.
No son pocos los países que ya se encuentran actualmente en una situación incómoda: Brasil, Colombia y Ecuador se enfrentan a condiciones de financiación especialmente hostiles, que generan un estrés financiero a la economía poco propicio para el crecimiento. Las malas perspectivas que enfrenta la región en cuanto a reactivación de sus mercados de exportación y a flujos de capitales hace por lo tanto indispensable que se avance en reformas estructurales dirigidas a reducir los actuales stocks de deuda externa.