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Lealtad, 1

Fallan las referencias y el negocio

Rebotes técnicos aparte, las principales Bolsas del mundo han perdido un 5% de media en cuatro días, justo cuando la mayor parte de los agitadores pregonaba el mejor de los mundos posibles tras la corrección al alza desarrollada desde los mínimos del 9 de octubre. En términos del Ibex, se ha pasado de acariciar el nivel de los 7.000 puntos a tantear la zona de peligro de los 6.000.

Este movimiento singular no ha pasado inadvertido para los mejores gestores del mercado. La facilidad con que se imponen las pérdidas en las Bolsas y el bajo volumen de negocio alerta sobre la debilidad de fondo. O, si se prefiere, que lo peor no ha pasado.

El cambio de ritmo observado desde el comienzo de la semana pasada demuestra, también, que la teoría del rally de fin de año es pura fantasía. El rally, en cualquier caso, se da en el ánimo de los especuladores más aguerridos, porque la realidad suele ser diferente.

Esta situación refleja, asimismo, que las apuestas generalmente fallan cuando todo el mundo juega el mismo número. Las Bolsas suelen hacer lo contrario de lo que considera la mayoría, máxime en situaciones caracterizadas por la ausencia de inversores finales y abundancia de operaciones por cuenta propia de las sociedades de valores y Bolsa y especulación masiva con derivados y operaciones intradía.

La pérdida de orientación que vuelve a observarse en las Bolsas no sorprende, así, a los analistas más finos. Las referencias que tanto han ansiado los participantes en el mercado sea del lado de los fundamentos económicos sea de las cifras manejadas por las empresas respecto a sus expectativas de futuro, lejos de mejorar empeoran.

Nadie duda, eso sí, del empeño de la Administración Bush por evitar que el barco encalle. La pelota, en fin, sigue en el tejado de Wall Street dadas sus altas valoraciones y su demostrada capacidad de contagio.

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