Los inversores valoran el buen gobierno tanto como los resultados, según KPMG
La influencia de las normas de buen gobierno de las sociedades ha traspasado ya los sillones de los consejos de administración y ha llegado a los inversores. Así, según un informe de KPMG, el 70% de los inversores europeos y el 66% de los españoles valoran tanto los aspectos de buen gobierno de la sociedad como la bonanza de sus cuentas anuales, y un significativo 26%, un 10% en España, le da incluso más importancia.
Una consecuencia directa de ello es el hecho de que un tercio de los inversores europeos califique como 'esencial' que la mayoría de los miembros de los comités de auditoría de las empresas sea independiente, en línea con lo pregonado por la mayoría de los códigos de buen gobierno de las empresas que han ido proliferando en los últimos años. Además, el porcentaje alcanza el 60% si se tiene en cuenta a los inversores que consideran esta circunstancia 'muy importante' e 'importante'.
Otro de los motivos que decide en gran medida el destino de las inversiones es, según el informe, los conocimientos y la experiencia de los miembros del consejo. De hecho, un 67% de los europeos y un 48% de los españoles consideran 'de vital importancia' esta circunstancia, lo que parece contradecir en cierto modo las numerosas propuestas para imponer un límite de edad a los miembros de los órganos de administración de las compañías, la última de ellas contenida en el anteproyecto de código de sociedades que ha presentado el Gobierno.
Según el informe de KPMG, el interés por las normas de buen gobierno de las empresas es tal entre los inversores encuestados que un 89% de ellos afirma estar dispuesto a pagar más por las acciones de una sociedad 'demostrablemente bien gobernada' que por una sociedad con una situación financiera similar, pero carente de un correcto sistema de autogobierno.
Sociedades extranjeras
También los accionistas españoles encuestados aseguran estar dispuestos a pagar hasta un 22% más por las acciones de una sociedad extranjera que cumpla con unos principios generalmente aceptados sobre gobierno de sociedades que por una sociedad con similar situación que no siga tales principios.
El estudio señala que la principal vía por la que los inversores españoles conocen la situación de una compañía respecto a si aplica adecuadamente un código de gobierno son las discusiones con la dirección (89%), seguida del estudio de las cuentas anuales y los informes de gestión (74%).
Entre las cualidades que un consejero delegado debe tener, el informe destaca la asistencia con una adecuada preparación 'a todos los consejos y comités', opinión compartida por el 63% de los inversores españoles. Además, más de la mitad de los accionistas europeos consultados considera esencial que los primeros ejecutivos de la compañía mantengan un punto de vista independiente en su gestión, un porcentaje que disminuye hasta el 26% en el caso español.
La capacidad para comprender el marco general de los riesgos de la sociedad, los controles establecidos y su grado de cumplimiento son otras de las condiciones exigidas a los consejeros delegados de las sociedades por parte de los accionistas, así como el hecho de estar preparado para tomar decisiones necesarias 'por duras que éstas sean', una cualidad que respeta el 77% de los inversores españoles y el 72% de los europeos.