España y Marruecos tratan de recomponer las relaciones
El deterioro de las relaciones bilaterales empezó a fraguarse en abril de 2001, con el fracaso de las negociaciones pesqueras entre Marruecos y la Unión Europea (UE), del que España era el principal país beneficiario.
Este deterioro se plasmó después, el 27 de octubre de 2001, con la llamada a consultas por un tiempo indefinido del embajador de Marruecos en Madrid, Abdesalam Barak.
Rabat acusó entonces al Gobierno español de mantener posiciones contrarias a los intereses de Marruecos, principalmente en lo que se refiere a la solución del contencioso del Sahara occidental, la emigración irregular o las exportaciones agrícolas.
A finales de ese mismo año, las autoridades marroquíes tensaron más la cuerda tras la decisión del Gobierno español de conceder permisos de prospección petrolera al grupo Repsol en las costas situadas entre las islas Canarias y el litoral marroquí.
Pero la tensión diplomática entre Rabat y Madrid alcanzó su punto álgido en julio pasado, tras la ocupación por parte de un destacamento militar marroquí del islote Perejil. El 16 de julio, un día antes de que tropas españolas desalojaran al destacamento marroquí del islote, el Gobierno español llamó también a consultas a su embajador en Rabat, Fernando Arias-Salgado. Ahora, Rabat y Madrid intentarán recomponer sus relaciones con algunas medidas, entre las que se apunta el regreso de los respectivos embajadores a sus destinos.
Mohamed Benaissa afirmó, en unas declaraciones publicadas ayer por el diario Aujourd'hui le Maroc, que el objetivo de la reunión que celebrará en Madrid con Ana Palacio es 'salir de una crisis que ha durado demasiado'.
El jefe de la diplomacia marroquí dijo que la reunión servirá para 'hacer inventario de todos los contenciosos y todos los problemas' entre los dos países y consideró que existe 'una voluntad firme por ambas partes de abordar en profundidad el conjunto de estos temas con un espíritu de transparencia y de responsabilidad'.
'Queremos examinar todas las cuestiones con nuestros amigos españoles, sin ninguna condición previa ni coacción. La palabra clave de nuestras conversaciones debe ser la responsabilidad y la franqueza, con un espíritu constructivo y positivo', añadió.
Respecto a las reivindicaciones marroquíes sobre las ciudades autónomas españolas de Ceuta y Melilla, recalcó que 'para nosotros, como lo ha confirmado el rey Mohamed VI, la consolidación de la soberanía marroquí sobre el conjunto de su territorio es una prioridad'. 'Pero existen temas urgentes que tenemos que clarificar. El objetivo principal es superar la tensión entre las dos partes y restaurar un diálogo mutuo positivo que permita a Marruecos reanudar relaciones amistosas como en el pasado', enfatizó. Respecto a los temas que se abordarán, insistió en que 'está dispuesto a examinar todos los problemas pendientes sin condición alguna'.