Hasta que Wall Street aguante
La acumulación de noticias económicas negativas en los últimos días ha hecho poca mella en las cotizaciones de Wall Street y tampoco ha deteriorado la cotización del dólar. Bush prepara un nuevo equipo económico, porque las cosas van peor de lo esperado; el desempleo aumenta y bancos de negocios como Merrill Lynch aconsejan reducir posiciones en el mercado. Al mismo tiempo, empresas emblemáticas advierten de peores beneficios.
Los fuertes recortes de tipos de interés decididos en Estados Unidos y en la zona euro confirman ahora que la situación económica es más débil de lo que se ha dicho y que hace agua por muchas partes. Además, el margen de maniobra para seguir utilizando la política monetaria es cada vez más estrecho.
Las malas noticias y los peores augurios contrastan, no obstante, con la fortaleza de fondo de las Bolsas estadodunidenses y la fuerza relativa del dólar. Los analistas coinciden en la idea de que ésta es la clave que impulsará los mercados del mundo en las próximas semanas.
Hasta ahora, el dólar continúa siendo el refugio obligado de los flujos de capitales internacionales, y ello ayuda a la Bolsa. Antes, el dinero entraba en bonos del Tesoro. La caída de tipos provoca en la actualidad la traslación del dinero líquido a las acciones sin otras consideraciones, es decir, sin tener en cuenta el precio de las mismas y sus multiplicadores.
La pérdida de confianza en el dólar provocaría, así, un seísmo de consecuencias incalculables en los mercados financieros del mundo, salvo que la voladura se efectúe de manera controlada. Antes del verano ya se dieron algunos episodios en este sentido y los desarrollos fueron caóticos, con fuerte impacto en las Bolsas y monedas.
La Administración Bush tiene que dar señales, por tanto, sobre su posición respecto a la evolución del dólar. Será determinante en los próximos días.