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Columna
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Recuperación con volatilidad

La aparición de un amplio número de indicadores de actividad y demanda de la economía estadounidense, interpretados positivamente por los analistas, ha hecho renacer la confianza en una pronta recuperación de dicha economía y ha lanzado los mercados de valores a una potente recuperación. El índice de compras de los gestores de empresas de manufacturas ha aumentado significativamente en noviembre, al igual que los índices de confianza de los consumidores, si bien éstos lo han hecho por debajo de lo esperado. En octubre, los pedidos de bienes duraderos aumentaron un 2,8%, el gasto en consumo creció un 0,4% y la renta personal aumentó, si bien sólo una décima. El último dato semanal de nuevas solicitudes semanales de desempleo ha sido el menor en casi dos años.

Esta acumulación de noticias es muy sugerente de un cambio de tono en la mayor economía mundial, pero incluso en este contexto, indudablemente positivo, algunas cuestiones surgen como relevantes. No hay que olvidar que hemos vivido una crisis centrada en la actividad industrial, por el lado de la oferta, y en la inversión en equipos, por el lado de la demanda, y hasta que no se perciban en los indicadores correspondientes señales inequívocas de cambio de tendencia no podremos decir que la recuperación económica ha comenzado. Sin duda que un claro síntoma de ello será la evolución del mercado de trabajo; aquí, si bien el número de solicitudes iniciales de subsidio de paro han descendido en las últimas semanas, el número de parados continúa aumentando.

Los pedidos de bienes duraderos y los índices de confianza sugieren que la recuperación de la actividad industrial está en el horizonte próximo y que la demanda de consumo va a mantener un cierto tono. Pero hasta que los empresarios no recuperen suficientemente la confianza en la rentabilidad de sus inversiones y ello lleve a una reactivación de la inversión en equipos, no podremos apostar por una recuperación clara.

Además, los indicadores cualitativos, como indicadores de confianza y encuestas de pedidos, son bastante volátiles por naturaleza, por lo que habrá que esperar confirmación de estos positivos síntomas en meses sucesivos.

En definitiva, todo parece indicar que la economía estadounidense puede empezar a recuperarse en los próximos meses; sin embargo, parece que la situación actual continúa caracterizada por el suelo en que se estabilizó la producción industrial a mitad de 2001. Es claro, sin embargo, que los riesgos de acentuación de la crisis o de una segunda recesión han disminuido significativamente. Los últimos datos de precios aparecidos sugieren además, con bastante claridad, que el riesgo de deflación, del que tanto se ha hablado recientemente, es muy pequeño.

¿Por qué entonces la fuerte recuperación bursátil? Por diversas razones: a) porque se está produciendo un claro incremento en el número de empresas que reportan el cumplimiento de sus previsiones de ventas o de resultados para el trimestre o para los ejercicios actual y próximo; b) porque el agresivo recorte de tipos practicado por la Reserva Federal ha reducido notablemente las expectativas de rentabilidad en renta fija, dado que las expectativas de nuevos recortes son ahora mismo nulas; c) porque, mientras convertían algunos valores en una ruina y conducían al cierre de más de una empresa, los fuertes descensos acumulados en los últimos dos años han generado oportunidades de inversión con una relación rentabilidad-riesgo muy favorable; d) porque se percibe que la crisis de confianza en la gestión de las empresas es historia pasada.

Esto no significa que deba confiarse en una tendencia alcista sostenida en renta variable; por el contrario, existen razones para que la tendencia de largo plazo, que debe considerarse alcista, esté sembrada de fuertes oscilaciones: por un lado, el deseo por realizar beneficios que permitan sanear los resultados de cartera del actual ejercicio, a la vez que compensar algunas de las minusvalías generadas; por otro lado, persisten algunas incertidumbres significativas en relación con la senda que puedan seguir los conflictos bélicos de uno y otro signo.

En definitiva, la recuperación de los mercados se está produciendo en un contexto de volumen todavía bastante reducido, mostrando así que estamos lejos de alcanzar una situación de confianza generalizada en la recuperación de los mismos. Hasta que ello no ocurra, la volatilidad seguirá imperando, y las ganancias, si bien posibles, requerirán de la asunción de niveles significativos de riesgo.

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