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Saber de vinos

Airén, la blanca más cultivada

Su nombre. La uva airén recibe diferentes denominaciones, dependiendo de la región vinícola en la que se cultive. En la provincia de Albacete se conoce como aidén o manchega; en Ciudad Real, como valdepeñera o valdepeña, y en las tierras andaluzas de Córdoba recibe el nombre de lairén.

Extensión. Airén es la variedad que ocupa la mayor superficie en el viñedo español, con aproximadamente un tercio del total cultivado, es decir, unas 450.000 hectáreas. Esta uva es también una de las más cultivadas del mundo.

Origen e historia. Se trata de una de las variedades más antiguas que se cultivan en España, cuyo origen lo encontramos en tierras de La Mancha y Valdepeñas, de donde se recogen casi dos tercios de toda la uva que se produce en el país.

Localización. Las cepas de la variedad airén se concentran principalmente en la comunidad castellanomanchega, aunque también en las regiones de Valencia, Murcia y Madrid. También puede encontrarse esta uva, aunque en menor cantidad, en determinadas zonas de Andalucía. En las denominaciones de origen de La Mancha y Valdepeñas, la variedad airén ocupa una posición de absoluta primacía con relación a las otras variedades de uva cultivadas.

La cepa. Airén es una cepa rústica y fértil, de brotación y maduración tardía, y bastante resistente a la sequía, por lo que se adapta perfectamente al clima árido de Castilla-La Mancha. Se trata de una variedad vigorosa, sana y muy resistente a las enfermedades, lo que explica en gran medida su plantación masiva en España tras la crisis de la filoxera a finales del siglo XIX. La cepa se caracteriza por su porte rastrero y su tronco vigoroso, con hojas pentagonales de color verde fuerte. Los racimos son de tamaño grande y suelto y las uvas son gruesas y esféricas. El rendimiento medio que proporciona esta variedad es muy alto, en torno a los 4,5-6 kilos por cepa.

Los vinos. Los vinos elaborados con airén presentan un color amarillo pálido; en nariz despliegan aromas frutales de media intensidad (plátano, piña o pomelo), mientras que en boca resultan sabrosos, suaves y afrutados, fáciles de beber, aunque sin llegar a ser elegantes.

Hasta hace poco tiempo, la producción poco esmerada de estos vinos daba como resultado unos blancos insulsos y sin carácter, de escaso interés fuera de su región de procedencia. Sin embargo, el uso de modernas técnicas de vinificación ha hecho posible crear unos vinos francos, con nervio y de bastante cuerpo.

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