'La ayuda del FMI a Argentina es una decisión política'
Con un mensaje casi cifrado y críptico, el ministro de Economía argentino, Roberto Lavagna, dejó ayer Madrid tras un gira de cinco días por Francia, Alemania, Italia y España. Optimista sobre el futuro de las negociaciones de su país con el Fondo Monetario Internacional (FMI), Lavagna se manifestó también 'prudente' en relación a la influencia definitiva que Europa pueda tener sobre el organismo internacional.
Roberto Lavagna se mostró satisfecho de sus conversaciones con el presidente del Gobierno, José María Aznar, así como de las entrevistas que mantuvo con el ministro de Economía, Rodrigo Rato, y los empresarios españoles con inversiones en Argentina. Cuando llegue hoy a Buenos Aires, el ministro deberá lidiar con los conflictos políticos que él mismo reconoce que son clave en la demora de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
Pregunta. ¿Cuál es su balance de las gestiones de esta semana?
Respuesta. Hemos cumplido con el objetivo de clarificar la posición argentina en las negociaciones con el FMI. Creo que el mensaje fue transmitido. Había aspectos de las discusiones que no eran del todo comprendidos aquí. El viaje ha servido para ponerlos en claro. En todos los casos hubo apoyos. Ahora se verá, por ejemplo, qué surge de la reunión del Ecofin del próximo lunes en Bruselas.
P. Si los países que ha visitado, de los cuales tres son del G-7, son tan comprensivos con Argentina, ¿a qué se debe la dureza del FMI?
R. Se verá esta semana. Veremos, veremos. Lo pasado está pasado.
P. O sea, que usted cree que estas conversaciones en Europa han sido definitivas para...
R. Yo sólo digo que hemos transmitido la visión argentina. Siempre soy muy prudente. Trato de no hablar por lo que a mí no me corresponde. Serán los países los que lo hagan. Pero pienso que hubo una buena transmisión del mensaje.
P. ¿Usted piensa que estas conversaciones cambiarán la posición de la cúpula del FMI?
R. La cúpula del Fondo y los técnicos sólo pueden resolver problemas técnicos. No pueden resolver problemas políticos. Obviamente, hay dudas que están ligadas a la incertidumbre política argentina. Esto no se resuelve por la vía técnica. Esta es una decisión política que deben tomar los accionistas del Fondo. Punto.
P. En el caso de que no se produzca el vuelco que usted prevé en las negociaciones y éstas fracasen, ¿Argentina estaría dispuesta a dejar de pagar a los organismos?
R. Ehhh... No trabajo con hipótesis catastrofistas ni con hipótesis exageradamente optimistas. Trabajo con la realidad. ¿Para qué le voy a contestar lo que pasaría si la Tierra chocara contra un asteroide? Puede ocurrir, pero es sólo una hipótesis.
P. La Corte Suprema de Argentina se apresta a estudiar un posible fallo que dejaría sin efecto la pesificación. El Banco Central ha dicho que es favorable a entregar un bono a los ahorradores y usted ha declarado que está en contra.
R. No, yo no dije nada. Todo eso es puro invento. Son maniobras dictadas por intereses políticos y económicos. No entro en ese juego.
P. ¿Cuáles son esos intereses detrás del planteamiento de dolarizar?
R. No contesto. Sería hacerle el juego a aquellos que han generado una histeria esta semana. Es obvio que se trata de una maniobra que no merece ni siquiera discusión.
P. El próximo lunes queda sin efecto el corralito y eso aumentará significativamente la liquidez. ¿Ve algún peligro para la estabilidad del tipo de cambio?
R. No, no, no. La liquidez que se utiliza para las transacciones comerciales requiere unos 20.000 millones de pesos (5.500 millones de euros). Lo que se libera el lunes es un monto de 21.000 millones. No hubiera tomado esta decisión en caso de tener dudas. El Banco Central sigue comprando dólares todos los días. No hay ningún riesgo.
P. ¿Cómo incide en su política económica el hecho de que la deuda pública total haya pasado del 50% al 150% del PIB tras la devaluación del peso?
R. Simplemente que la deuda ha tomado el valor que tenía. Con los países pasa, a veces, lo que con Enron o Worldcom, por ejemplo. El porcentaje del 50% era una ficción. Argentina pagaba entonces tipos del 18% frente al 3% de los países de Maastricht, con los cuales querían compararse los fundamentos económicos argentinos. La realidad se encargó de poner las cosas en su lugar.
P. Bien, pero ¿y ahora?
R. Ahora hay algo parecido a la realidad. Es una deuda de tal magnitud que ha dado lugar a un proceso de reestructuración que está en curso. El Estado se ha endeudado en 11.000 millones de dólares más a lo largo de 2002 por el bono de compensación otorgado a los bancos por la pesificación asimétrica llevada a cabo en enero.
Más subidas de tarifas para las privatizadas
El ministro no dudó ni un instante al ser consultado por el aumento de las tarifas de los servicios públicos privatizados, anunciado por él la semana pasada antes de emprender su gira por Europa.'Tal como se dijo y respetando los porcentajes anunciados de entre el 7% y el 9%', respondió Lavagna. Y agregó algo que si bien era esperado aún no se había hecho público. 'A los incrementos de tarifas ya decididos para los suministro de gas y de electricidad, se agregarán también porcentajes similares de subida para los servicios de telefonía, agua y los peajes de las autopistas', dijo el ministro. También recordó que hace dos semanas se decidió otorgar un aumento de tarifas en ciertos tramos de las comunicaciones de telefonía móvil que, a su juicio, no ha sido suficientemente informado por la prensa. Es claro que estos aumentos han mejorado el ánimo de las empresas españolas que participan en las privatizadas. Para Lavagna, la reunión que sostuvo ayer con directivos de Repsol YPF, SCH, BBVA, Endesa, Telefónica y otras firmas fue 'muy directa y se trataron, caso por caso, los problemas de cada una de estas compañías'. Pero el ministro argentino no quiso dar más datos de sus futuros pasos en este tema. 'Marzo está muy lejos', respondió respecto a la posibilidad de que ese mes haya un segundo aumento de tarifas. Por lo pronto no lo negó. Las empresas, contentas.