España y Francia acuerdan el control de los petroleros sin doble casco
José María Aznar y su homólogo francés, Jacques Chirac, acordaron ayer tarde prohibir la navegación dentro de las 200 millas de las aguas de ambos países a los petroleros de más de 15 años y casco único que no aporten toda la información sobre su carga, destinos, pabellón y operaciones y se nieguen a someterse a los inspectores.
El acuerdo se adoptó en la decimoquinta cumbre franco-española, celebrada en Málaga. Las inspecciones de Francia y España se efectuarán a partir de hoy mismo en los buques mercantes que transporten derivados del petróleo o alquitrán y generen dudas sobre su seguridad. La medida, según aclaró Jacques Chirac, es 'irrevocable'.
Además, anunciaron que propondrán a sus socios comunitarios que se adscriban a esta iniciativa en el próximo Consejo europeo.
En el mismo foro, la ministra de Exteriores, Ana Palacio, aseguró que España y Portugal defenderán ante la Organización Marítima Internacional la necesidad de desplazar 'mar adentro' el corredor de navegación que bordea el cabo de Finisterre. Recordó que el actual corredor se negoció hace 10 años y que su modificación afecta a 'todos los seguimientos por radar y todas las cuestiones técnicas de acompañamiento del tráfico de los buques'.
El siniestro del Prestige está levantando voces que denuncian el aumento de los costes de fletar buques tanque, como se comprobó después del hundimiento del Erika en 1999.
Fuentes del sector naviero reconocen que fletar con destino a Asia un buque similar al Prestige, pero más nuevo, cuesta 14.000 dólares diarios, un millar más que hace un mes. Pero explican que este aumento se debe a que las petroleras están descontando sus necesidades de suministro en caso de conflicto con Irak.
Sin embargo, debido a la toxicidad del fuel que cargaba el Prestige, Crown Resources abonó 20.500 dólares diarios, según informó ayer el periódico Le Parisien. Este rotativo aseguró también que esta compañía, con sede en Zug (Suiza), fletó el 20 de noviembre, al día siguiente del hundimiento del Prestige, otro navío similar, llamado Byzantio, cargado con 53.000 toneladas de fuel.
En Asturias sigue la situación de alerta por los vertidos del Prestige. Ayer por la tarde, el helicóptero del servicio de bomberos detectó una mancha de fuel 'muy diluida' a unas 17 millas de Tapia de Casariego. Pero el Gobierno del Principado duda aún de su procedencia. El rumbo de la gran mancha (50 kilómetros de ancho por 20 de largo) que produjo el petrolero en la zona del hundimiento frente a las islas Cíes (Pontevedra) es lo que más preocupa a todas las comunidades cantábricas. El consejo de Gobierno del País Vasco creó ayer una comisión interdepartamental para seguir la evolución de las manchas del Prestige.
'No dimito porque no querría el pueblo'
El presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga, aseguró ayer en el Parlamento autonómico que asume 'todas las responsabilidades' que le competen en el caso Prestige. No obstante, añadió que no piensa dimitir 'porque no lo querría el pueblo gallego, que me dio su voto en cuatro ocasiones'. Fraga explicó, en relación a su viaje a Madrid el fin de semana del 16 y 17 de noviembre, durante el cual participó en una cacería según diversas fuentes, que éste duró 'tan sólo unas horas'. Y apuntó que tardó una semana en visitar la zona afectada por los vertidos del Prestige porque 'decidí ir cuando creí que debía ir' y 'con soluciones'. El portavoz socialista, Emilio Pérez Touriño, y el portavoz adjunto del BNG, Alfredo Suárez Canal, pidieron la dimisión de Fraga durante el debate parlamentario. Pérez Touriño consideró que la gestión de la crisis efectuada por la Xunta 'ha sido auténticamente desastrosa' por la falta de previsión y de medios para afrontar la catástrofe. 'Si bien', apuntó, 'lo más grave de todo ha sido la insólita pasividad y la ausencia del presidente gallego'. Suárez Canal, por su parte, acusó a Fraga de 'falta de sensibilidad' a la hora de afrontar la catástrofe.