La UE aprueba la primera gran reforma en política de competencia
La Unión Europa acabó ayer con el monopolio de Bruselas en la aplicación de las leyes comunitarias de competencia. Y, curiosamente, fue la propia Comisión Europea la que pidió a los Estados miembros que compartiesen una potestad que ha disfrutado en exclusiva desde 1962. Al comisario europeo en la materia, Mario Monti, autor de la propuesta, le ha costado tres años convencer a los Quince de la racionalidad de su iniciativa.
Alemania, el país que se había resistido a la reforma (por temor a que la aplicación de las normas comunitarias por parte de su autoridad nacional relaje su política de competencia), se sumó ayer finalmente al apoyo unánime del resto de países.
La descentralización descargará de trabajo a la Comisión, que ahora acumula cada año casi un millar de expedientes abiertos sobre acuerdos que casi nunca distorsionan el mercado. La ampliación en ciernes de la UE ha hecho más acuciante la necesidad de esta modernización. Bruselas podrá concentrar sus recursos humanos, según indicó ayer Monti, en combatir los carteles empresariales y los abusos de posición dominante.
La reforma abolirá a partir del 1 de mayo de 2004 la obligación actual de notificar a Bruselas todos los acuerdos empresariales entre empresas o con suministradores y distribuidores. Hasta ahora se partía de que todos esos acuerdos eran ilegales mientras la CE no diese el visto bueno. En el futuro, todos se presumirán legales salvo que las autoridades europeas o nacionales de Competencia dictaminen lo contrario.
El nuevo sistema obligará a las empresas a sopesar la legalidad de sus acuerdos con otros operadores y perderán la seguridad jurídica que suponía la señal de aprobación de la Comisión. Bruselas confía en que los precedentes sentados hasta ahora por sus decisiones y los 40 años de jurisprudencia del Tribunal de Justicia de la UE permitan a las empresas adoptar decisiones sin apenas incertidumbre. El comisario Monti se comprometió ayer además a elaborar directrices sobre el posible impacto de ciertas relaciones empresariales siempre que sea necesario. En 2004 también entrará en funcionamiento una red de autoridades nacionales de competencia, a través de la cual la Comisión garantizará la aplicación coherente de las normas comunitarias. Bruselas podrá asumir en cualquier momento la investigación de un caso si la actuación de las autoridades nacionales no le satisface. En sectores sensibles como el aéreo o el de telecomunicaciones, la CE mantendrá una vigilancia especial. Y en cualquier caso se reserva la competencia exclusiva sobre los casos que afecten a más de tres Estados miembros.
Pero el comisario Monti no prevé problemas con esta descentralización, ni siquiera en los antiguos países del Este que ingresarán en la UE el 1 de mayo de 2004. 'Hemos evaluado el nivel de sus autoridades de competencia y es muy satisfactorio', señaló.
Permitidos los registros domiciliarios
La reforma de la política comunitaria de competencia, que entrará en vigor el 1 de mayo de 2004, otorgará a la Comisión Europea el derecho a realizar registros en los domicilios de los directivos de las compañías. El organismo comunitario ha extremado su combate contra los carteles empresariales desde que en 1998 creó una unidad especial para ello. Pero el comisario de Competencia, Mario Monti, veía limitada su efectividad por la imposibilidad de realizar registros fuera de las instalaciones de las empresas. Bruselas asegura que, en numerosas ocasiones, los ejecutivos implicados en prácticas anticompetitivas guardan los documentos más comprometedores lejos de sus despachos. 'La posibilidad de efectuar inspecciones en sus domicilios permitirá una investigación más exhaustiva', asegura la Comisión, que el año pasado impuso 10 sanciones millonarias contra carteles empresariales. El llamado cartel de las vitaminas, liderado por la farmacéutica Roche, recibió una multa de 855,2 millones de euros, la más alta de la historia de la Comisión. Monti no ha conseguido, en cambio, su deseo de que la Comisión Europea pueda adoptar en solitario reglamentos de exención a las normas de competencia como el que disfruta el sector automovilístico. Los Estados se reservan todavía la última palabra sobre esas decisiones. 'Lo considerábamos acorde con la reforma', se lamentó el comisario de Competencia, 'pero, aun así, creo que ganaremos en efectividad con las medidas aprobadas'.