Solbes flexibiliza el Pacto de Estabilidad de la UE
La Comisión Europea estudiará mañana, y previsiblemente aprobará, una propuesta del comisario de Economía, Pedro Solbes, para 'introducir algo más de flexibilidad en la interpretación del Pacto de Estabilidad'. El documento desea ampliar el margen de maniobra presupuestaria de los Estados con las finanzas públicas más saneadas (Reino Unido) para financiar la inversión pública y extremar el control sobre los países con un endeudamiento crónico (Italia, Bélgica y Grecia). La Comisión Europea se esfuerza en negar que la propuesta favorezca a los dos países grandes con apuros presupuestarios (Alemania y Francia). Pero en buena medida Bruselas sigue las tesis de los ministros de Economía alemán, francés, y sobre todo británico, que desde hace tiempo defienden un análisis más cualitativo del gasto público.
Las cinco propuestas de Solbes incluyen una oferta de tolerancia, con ciertas condiciones, hacia 'un deterioro temporal del déficit presupuestario' e incluso 'un desvío del objetivo de equilibrio presupuestario'. Bruselas ha retrasado por segunda vez este objetivo a 2006, tras las metas iniciales de 2002 y 2004. Francia ha defendido repetidamente la compatibilidad de ese objetivo final con un presupuesto de estímulo al crecimiento durante el año 2003. El documento de Solbes propone, además, que a partir de ahora el equilibrio presupuestario se determine cíclicamente, es decir, excluyendo las fluctuaciones que la coyuntura económica puede imponer a los Presupuestos públicos. En esos términos, Alemania registraría un déficit este año del 3,3%, según las previsiones de la Comisión, cinco décimas menos que el déficit nominal que ha provocado la apertura de un expediente comunitario contra Berlín. El próximo año, el déficit alemán, cíclicamente ajustado, se situará ya en el 2,4%, por debajo por tanto del máximo del 3% permitido en el Pacto de Estabilidad.
Bruselas desea, en cambio, equiparar la vigilancia sobre la deuda pública a la que se ejerce ahora sobre el déficit. El compromiso de reducir la deuda a 'un ritmo adecuado' dejará de ser retórico para convertirse en una exigencia verificable. Los países con mayores problemas de endeudamiento deberán presentar un plan preciso para corregir su situación. Su incumplimiento desencadenará un procedimiento de infracción como el que han sufrido Portugal y Alemania cuando su déficit superó el 3%.
Solbes también desea que los países de la zona euro necesiten el consentimiento de sus socios antes de adoptar medidas fiscales con un importante impacto presupuestario. La Comisión piensa, sobre todo, en promesas electorales de recortes de impuestos, cuyas consecuencias se pagan en toda la zona euro. Las propuestas del comisario Solbes parecen querer salvar un Pacto de Estabilidad cuya credibilidad se ha minado desde diversos frentes.