Lección responsable para el Príncipe
El príncipe de Asturias volvió ayer a clase, a las aulas del Instituto de Empresa, a recibir, por expreso deseo suyo, una lección de responsabilidad social corporativa. Acompañaron al Príncipe alrededor de 140 alumnos de la escuela de negocios. Puntual, Felipe de Borbón llegó a las 9.30 horas al centro, donde compartió un desayuno con profesores y antiguos alumnos. Después descubrió un placa conmemorativa. Una vez acabado el protocolo, cogió su carpeta con las ponencias y escuchó durante tres horas las reflexiones y recomendaciones sugeridas, en inglés y castellano, por los profesores.
Comenzó el decano del Instituto de Empresa, Ángel Cabrera, lanzando las siguientes preguntas: '¿Tiene o no sentido que el Santander Central Hispano gaste 48,3 millones de euros, cerca de un 2% de sus beneficios en 2001, en iniciativas sociales?, ¿es razonable que Repsol YPF dedique recursos a la salud y la educación de los indios huaoraní una vez ha cumplido con todos los requisitos legales para operar en la Amazonia ecuatoriana?'. Y añadió que las empresas son el principal motor del de desarrollo de la sociedad, pero a la vez pueden tener efectos profundos y a veces irreversibles en nuestro entorno social y medioambiental.
El profesor David Allen, experto en estrategia social de las empresas, defendió la idea de que 'es perfectamente ético utilizar la ética como estrategia de empresa'. Avaló la teoría con ejemplos de empresas como Ben & Jerry's, The Body Shop o las españolas MRW o Iberdrola, 'que han demostrado que es posible ganar dinero y hacer las cosas de manera responsable'. El profesor Juan Luis Martínez, con gracejo andaluz, desgranó la importancia que tiene el marketing social para las empresas y el error que cometen algunas al considerar las contribuciones económicas a las ONG como gasto. Y alabó la estrategia empleada por la láctea Ram, una compañía adormecida hasta que decidió realizar aportaciones en especie a Naciones Unidas. Con esta iniciativa despertó del letargo.
En el descanso y mientras apuraba un zumo de naranja, el Príncipe manifestó su interés por el papel que juegan las fundaciones dentro de la sociedad. La siguiente lección la impartió el director del Centro de Estudios Medioambientales y Energéticos, Carlos García Suárez, quien señaló que para los directivos mantener una actitud activa y creativa en materia de medio ambiente se ha convertido en una obligación moral y en una fuente de ventajas competitivas.
Para finalizar, el director del Instituto de Empresa, Diego del Alcázar, señaló que es necesario aumentar la sensibilidad social de los futuros directivos y empresarios.