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Coyuntura

La desaceleración propicia una leve mejora del déficit comercial en EE UU

El déficit comercial cayó en septiembre un 0,7% con respecto al récord conseguido un mes antes gracias a la caída de las importaciones, especialmente juguetes, productos electrónicos y barriles de crudo, a pesar de la subida del precio de éstos. Pese a esta caída, las cifras de septiembre dejan el déficit acumulado en los nueve primeros meses en 317.300 millones de dólares, una cantidad no vista anteriormente y que contrasta con los 270.300 millones del mismo periodo de 2001.

Se trata de un aumento del 17,4% que no hace más que renovar la preocupación sobre la evolución del dólar y la posible erosión de su valor más allá de lo que ya ha perdido este año. Hace apenas unas semanas los analistas de Wall Street aseguraban que el dólar iba a experimentar un recorrido a la baja que no comenzaría antes del año que viene. Es posible que esos tres meses de gracia que concedían los expertos se reduzcan.

Por lo que se refiere a septiembre, analistas como Maury Harris, de UBS, creen que la caída de las importaciones es una pausa en un camino dominado por el aumento de las compras al exterior y menores exportaciones. 'El Departamento de Comercio parece haber asumido que el déficit puede llegar a 39.000 millones de dólares'.

Con todo, esta pausa puede que siga en octubre por el continuado efecto del bloqueo de los puertos. Los expertos creen que el mes pasado el déficit se habrá reducido más porque los puertos abrieron el 9 de octubre y recuperaron muy lentamente la actividad normal.

Inventarios

Las empresas, por otro lado, siguen manteniendo una postura muy conservadora con respecto a sus inventarios y, por tanto, a las importaciones, porque la demanda de los consumidores puede, antes o después, verse afectada por una caída de la confianza, que sólo en el último informe del viernes pasado parece que empieza a repuntar.

En este sentido, el presidente del Banco de la Reserva Federal de Richmond, Alfred Broaddus, dijo ayer que el ambiente económico en Estados Unidos es 'muy pesimista' y que las autoridades necesitan reforzar su atención por los riesgos de debilitamiento.

Mientras tanto, los precios se elevan muy lentamente y, aunque en algunos productos no hay capacidad de aumento de precio, la deflación sigue siendo una palabra utilizada para asegurar que no se ha entrado en esta espiral. Ello se deduce de los datos dados ayer a conocer por el Departamento de Trabajo, que indican que los precios crecieron el 0,3% en octubre, lo que sitúa la tasa de inflación interanual en el 2%, desde el 1,5% de septiembre. Si se excluye la energía y los alimentos frescos (inflación subyacente), el aumento mensual fue del 0,2%, lo que sitúa la tasa interanual en el 2,1%.

La energía, con un aumento del 1,9%, es el principal factor inflacionista. Una subida patrocinada por las tensiones bélicas en Irak y el mayor uso de los calefactores. Las mayores caídas de precios se han producido en la alta tecnología, en particular ordenadores, con un 1,9%.

Visto bueno a la Ley de Seguridad Nacional

El Senado de EE UU estaba ayer a punto de dar el paso definitivo para dar el visto bueno a la redacción de la nueva Ley de Seguridad Nacional, una regulación que dará lugar a la mayor reorganización de la Administración federal desde la Segunda Guerra Mundial. La ley crea una oficina de seguridad doméstica que nace de la reorganización de 22 departamentos y agencias y cuenta con unos 170.000 funcionarios.Al cierre de esta edición, los senadores estaban aún debatiendo algunas de las provisiones de esta ley, ya aprobada por la Cámara de Representantes, y a las que se oponen los demócratas, aún en mayoría en estas sesiones de transición conocidas como lame duck. Una de las objeciones principales de los demócratas es que esta ley refuerza las restricciones sobre la privacidad y sobre todo levanta la responsabilidad penal de las farmacéuticas que comercialicen vacunas en periodos de emergencia nacional. Los demócratas se oponían a esta provisión, pero la fuga de votos de su partido tras un intenso lobby por parte de la presidencia ha permitido que la enmienda a este punto crucial se rechazara. Ayer fue oficialmente el último día de estas sesiones de transición y se esperaba aprobar también la Ley del Seguro Antiterrorista, patrocinada por la Casa Blanca.

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