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Tribuna
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El éxito económico de James Bond

La saga de más éxito de la historia del cine culmina con el estreno oficial de la vigésima película de la serie (Muere otro día), ayer, en el londinense Royal Albert Hall, en presencia de la Reina de Inglaterra.

Cuando se cumplen 40 años del estreno de la primera película de la serie (Dr. No) y coincidiendo con el estreno de Muere otro día, creo que se puede permitir un pequeño homenaje a la saga, destacando uno de los mayores éxitos económicos de los llamados show y entertainment business.

Las películas de James Bond han sido uno de los más boyantes negocios del siglo y, sin duda, la franquicia cinematográfica de más éxito en la historia del cine. Ya la primera película, con un presupuesto de apenas un millón de dólares, consiguió recaudar más de 59 millones en taquilla. La segunda, Desde Rusia con amor, costó algo más de dos millones y supuso una taquilla de cerca de 78 millones. Goldfinger no llegó a los tres millones de coste y supuso unos beneficios de casi 125 millones, y así sucesivamente. ¡Quién hubiera podido negociar hace 40 años una participación en beneficios de las películas!

Las películas del agente OO7 han sido uno de los más boyantes negocios del siglo XX y, sin duda, la franquicia cinematográfica de más éxito La serie forma parte de la historia de la publicidad. Los anuncios indirectos han contribuido a financiarla y a enriquecer a sus productores

Las tres últimas entregas, protagonizadas por Pierce Brosnan -de quien se dice que es el mejor Bond después de Sean Connery-, han recaudado más de 1.000 millones de dólares de taquilla.

Claro que el presupuesto también ha crecido desorbitadamente: Goldeneye supuso 60 millones de dólares de presupuesto y El mañana nunca muere 110 millones. Los efectos especiales han suplido los espléndidos e irrepetibles argumentos de Ian Fleming, creador del personaje, y eso se nota en el presupuesto.

Los fans de 007 se renuevan constantemente. Los compradores de los nuevos DVD de la serie son tanto las personas maduras que vieron las películas de jóvenes como las nuevas generaciones que disfrutan con ellas de igual forma que los mayores. Los juegos por ordenador han servido para captar a nuevos grupos de jóvenes. MGM declaraba que en los últimos cuatro años habían vendido más de 20 millones de juegos de ordenador relacionados con las películas.

Todos los actores y las actrices que han participado en ellas saltaron a la fama y labraron sus carreras en el séptimo arte. Tanto Pierce Brosnan en la que será su cuarta entrega, como Sean Connery y Roger Moore, con siete interpretaciones ambos, y Timothy Dalton con dos, vieron sus carreras mejorar después de haber interpretado al agente secreto. George Lazemby no dio la talla y el show business no se lo perdonó.

¿Cómo no recordar a las actrices que han interpretado a las buenas y malas chicas Bond, que han impresionado a los más de 2.000 millones de espectadores de varias generaciones? Nunca podremos olvidar a: Ursula Andress en Dr. No; a Honor Blackman, en Goldfinger; a Claudine Auger y a Kim Basinger, haciendo de Domino en las dos versiones de Operación Trueno...

Esperemos que la oscarizada Halle Berry en la última película sea digna sucesora de las anteriores. También lo espera la multinacional de cosmética Revlon, cuya imagen representa y en quien tienen puestas muchas esperanzas para ser rescatados de la crisis financiera por la que están atravesando.

Igualmente, los malos en las películas de James Bond siempre han sido interpretados por actores extraordinarios, y sus caracteres han llegado incluso a hacer que sintamos cierta simpatía por ellos. Personajes como el Dr. No, Goldfinger, Emilio Largo, Blofeld, Scaramanga, Stromberg, Tiburón o Elliot Carver forman ya parte del elenco de los más pérfidos entre los villanos de la historia del cine.

Los amantes de la tecnología tenemos también una deuda con las películas del agente secreto. Desde el antiguo contador Geiger de Dr. No y la cámara fotográfica grabadora de Desde Rusia con amor hasta el sofisticado teléfono móvil con el que se conduce un flamante BMW en El mundo no es suficiente, el esfuerzo innovador en tecnología ha sido una constante en la serie.

La serie forma parte de la historia de la publicidad. El product placement, es decir, la introducción de anuncios indirectos en las películas, ha contribuido a financiar la serie y a enriquecer a sus productores.

Marcas de automóviles como: Aston Martin, Ford, Chevrolet, Lotus o BMW; electrónicas como Philips, Panasonic o Sony; o de relojes como Rolex, Seiko y Omega, han estado presentes a lo largo de toda la serie. Sin olvidar las sofisticadas Cartier, Fabergé, o las bebidas Martín, Moët Chandon y Bollinger.

Los automóviles siempre han deleitado a los fans de las películas y conseguido importantes retornos a la inversión para las marcas anunciantes: desde el inolvidable Aston Martin DB5, con sus matrículas intercambiables, sus ametralladoras y su ingeniosa forma de expulsar al copiloto indeseado, hasta los refinados Lotus Esprit y los sofisticados BM de las últimas películas.

Parece que, en la nueva, el agente secreto vuelve al Aston Martin y presenta un modelo (Vanquish V 12) del que se han producido sólo 500 unidades a un precio de venta al público de 230.000 euros.

De hecho, Muere otro día va a ser como un gran anuncio. Bond Marketing Inc., la empresa de la familia Broccoli que produce desde el principio las películas bond, ha anunciado que romperá todos los límites en la presencia de marcas publicitarias en una película, más de 20 enseñas diferentes de primer nivel aparecerán en el film.

El product placement ha jugado igualmente a favor de las localizaciones donde se rodaron por la promoción que ha supuesto para ellas: Jamaica en Dr. No; Miami en Goldfinger; Estambul en Desde Rusia con amor; e incluso Bilbao y el museo Gugenheim en El mundo no es suficiente, son algunas de ellas.

Feliz 40 aniversario, Mr. Bond, y que siga repartiendo beneficios económicos a todos los que rodean.

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