Cardoso recibe la misión de dar protagonismo a la Cumbre Iberoamericana
En la XII edición, celebrada durante este fin de semana en Playa Bávaro (República Dominicana) y clausurada ayer, los 21 jefes de Estado y de Gobierno presentes adquirieron el compromiso de dotar de un 'mayor dinamismo' a estas reuniones y unir su futuro al de Europa.
Para ello se creará un grupo de trabajo que liderará el presidente saliente de Brasil, Fernando Enrique Cardoso, a partir de enero de 2003. Sus objetivos serán fortalecer la cohesión interna de la comunidad iberoamericana y darle una mejor 'visibilidad internacional'. Las conclusiones del grupo de trabajo serán presentadas antes de la celebración de la próxima Cumbre, en la ciudad colombiana de santa Cruz de la Sierra.
El documento final de 57 puntos, la 'Declaración de Bávaro', recogió las principales preocupaciones de los países iberoamericanos en materia de terrorismo, alivio de la deuda que ahoga a varios países de la región, emigración, derechos humanos, gobernabilidad democrática y desarrollo sostenible.
Hubo, además, doce declaraciones especiales, entre las cuales destaca un requerimiento a España y Portugal por parte de los países latinoamericanos para que transmitan a la Unión Europea su malestar por los subsidios agrarios.
Otra declaración especial se refirió a la difícil situación argentina, y en ella se urge al Fondo Monetario Internacional a alcanzar un acuerdo con el Gobierno del país para que pueda hacer frente al pago de la deuda de 805 millones de dólares con el Banco Mundial.
Los mandatarios también prestaron atención a Venezuela, donde, según su presidente, Hugo Chávez, 'se han desatado un golpismo y un fascismo que pueden contagiar al resto de la región'. El resto de los gobernantes, no obstante, decidieron no entrometerse en asuntos internos venezolanos y abogaron por una solución constitucional a la crisis de aquél país.
Los doce países productores y exportadores de café suscribieron asimismo, en el marco de la Cumbre, un compromiso para elaborar estrategias conjuntas ante la crisis mundial del producto.
Los objetivos debatidos durante el fin de semana pretenden sobre todo reducir la pobreza, que afecta a 211 millones de personas en América Latina. La región tendrá este año una tasa negativa de crecimiento de entre el 0,6% y el 1%.