Fox busca impulsar la inversión en el Presupuesto de 2003
La economía mexicana va abandonando el cuadro recesivo paulatinamente a tenor de los últimos indicadores de actividad publicados. Así el PIB recuperó tasas de avance interanual del 2% en el segundo trimestre, tras un año de retrocesos, y se espera un avance similar en el periodo julio-septiembre. En este contexto, el Gobierno ha actualizado algunos de los objetivos que recogía el Programa Nacional para Financiamiento del Desarrollo (Pronafide) en el nuevo Plan Económico para 2003.
El marco macroeconómico asume un crecimiento del PIB del 3% para 2003, medio punto inferior al proyectado inicialmente. En este ámbito es previsible que se cumpla el objetivo de crecimiento para este año, del 1,7%, pero con una evolución por componentes muy diferente a la prevista. El consumo privado podría mostrar un crecimiento superior al estimado y la inversión, una tasa de avance inferior (del 2,2%, frente al 4,6% previsto). La debilidad de la inversión empresarial es uno de los frentes de actuación clave del nuevo programa económico, en el que se introducen medidas para reactivar el crédito bancario.
El presupuesto contempla un mayor gasto público en inversión para paliar la debilidad de la inversión privada. También se introducen una serie de medidas para impulsar el ahorro interno privado con la promoción del ahorro colectivo y de una reforma integral del sistema de pensiones de funcionarios. Así, se prevé un incremento de la formación bruta de capital fijo del 4,7% en 2003, frente al 2,2% estimado para este año.
El Gobierno federal quiere financiar todo el déficit público (0,5% del PIB) en el mercado local para atenuar el impacto de las perturbaciones externas
Nuevamente se reduce la meta de déficit público para 2003 hasta el 0,5% del PIB, desde el 0,65%, que, previsiblemente, se alcanzará este año. De forma similar a los dos ejercicios fiscales anteriores, el techo de endeudamiento externo neto del sector público será de cero. Se plantea cubrir todo el déficit del Gobierno Federal con recursos procedentes del mercado interno. Además de evitar la distorsión de perturbaciones externas, esta medida tiene por objetivo consolidar y extender la curva de rendimientos de títulos gubernamentales en el mercado local.
El programa económico no peca de excesivo optimismo en los supuestos macroeconómicos, si bien su consecución dependerá del avance en las reformas estructurales dirigidas a dotar de eficiencia el sistema financiero.
Mejora la percepción de la región
La caída del diferencial de riesgo latinoamericano (medido por el índice EMBI+) hasta los 1.179 puntos básicos, desde el máximo anual de septiembre de 1.399 puntos, es una señal positiva para la región y podría significar un punto de inflexión en la percepción de los inversores extranjeros.No hay duda de que la mejora de las perspectivas internas de las economías más importantes de Suramérica, Argentina y Brasil ha contribuido de manera sustancial en esta reducción. Las expectativas de que Argentina firme un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) han impulsado una caída de 300 puntos básicos en el riesgo país en el último mes. En Brasil, las señales lanzadas por el nuevo Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva han infundido cierto optimismo en los agentes económicos, propiciando una rebaja de casi 500 puntos básicos en el mismo lapso de tiempo. Si bien gran parte de la reducción del riesgo latinoamericano se explica por la caída de los diferenciales brasileños (su peso sobre el índice regional alcanza el 32%), también han contribuido a la explicación de estas cifras factores inherentes a otros países del bloque como Colombia y Perú. La nueva Administración colombiana ha conseguido avances esenciales en el diseño de un paquete de reformas estructurales que ha dado paso a la firma de un gran acuerdo con el FMI. Los mercados también han reaccionado positivamente ante las continuas publicaciones alentadoras de indicadores económicos en Perú, que avalan el sostenimiento de la recuperación iniciada a comienzos de año.