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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Las Bolsas más allá de los tipos

Las Bolsas han cerrado una semana colmada de expectativas y sabor amargo, porque los resultados no han sido los previstos. La española ha perdido en el periodo un 1,06%, frente a caídas medias en Europa del 1,5% y resultados neutros, sin cambios, en Wall Street. Inversores, operadores y analistas ansiaban desde hace meses un recorte de tipos de interés en Estados Unidos y en la zona euro como factor impulsor de unas economías renqueantes. La Reserva Federal superó las apuestas y sorprendió el miércoles con un recorte de 0,5 puntos, hasta situar los tipos en el 1,25%, es decir, por debajo de la inflación. El jueves, el Banco Central Europeo decepcionó al mantener la tasa en el 3,25% y ha destapado, con ello, la caja de los truenos en los círculos que más agitación habían manifestado en los días anteriores a las reuniones de los bancos centrales.

Wim Duisenberg vuelve a estar en el ojo del huracán. Los analistas que despotrican contra el presidente del BCE y que lo culpan en exclusiva del fuerte descalabro que el jueves sufrieron las Bolsas europeas olvidan que en el proceso de formación de los cambios bursátiles el factor tipo de interés es importante, pero no el único. Desconsideran, por ejemplo, el recelo que ha levantado en amplios sectores económicos y financieros el recorte drástico de los tipos de interés en Estados Unidos, como indicador posible de que las cosas van peor de lo que pintan. Obvian, también, el sentido común de los participantes en el mercado. Si 11 caídas anteriores y continuadas de tipos de interés en Estados Unidos fueron secundadas con bajas importantes de Wall Street, ¿por qué el recorte del precio del dinero del miércoles tiene que significar el pistoletazo de salida para las Bolsas?

Quienes hacen análisis más sosegados y, lo que es más importante, están obligados a arriesgar su dinero propio en los mercados siempre miran más allá de las citas, por muy esperadas que sean. Los mejores expertos insisten en que las Bolsas estadounidenses siguen caras. El PER medio del S&P 500 está en el entorno de las 40 veces si no se tienen en cuenta los extraordinarios. Ratios tan altos y caros se han dado en dos ocasiones en los últimos 42 años, en los comienzos de la crisis de los setenta y en la de los primeros noventa. La mejora de los resultados trimestrales, con un promedio del 9% para el S&P 500, no ha aliviado la situación, porque las Bolsas han subido entre un 10% y un 20% en los últimos 30 días.

Difuminada la expectativa inicial sobre el impacto de los tipos de interés, las Bolsas están condenadas otra vez a desmenuzar el rosario largo de cifras y estadísticas que se divulgarán en los próximos días y semanas, tanto en EE UU como en la zona euro. Se trata de buscar referencias concretas acerca del estado de ánimo de consumidores y empresarios, sin olvidar las advertencias sobre resultados empresariales. Y, de cara a la reunión del 5 de diciembre, a prestar atención de nuevo al Banco Central Europeo.

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